Guardia Nocturna

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A solicitud de mi gran amiga cubro una de sus guardias, hace muchos años que no rotaba por el turno nocturno, sin preguntar quiénes serían mis compañeras/os de guardia, accedí, como negarle el apoyo a una de mis mejores amigas, todo iba transcurriendo bien y tan normal, con gusto saludé a algunos compañeros que hacía mucho no veía, justo cuando es la hora del refrigerio, en los pasillos me encuentro a un amigo con el que hace tiempo tuve algunos encuentros sexuales, solo nos habíamos buscado algunas ocasiones, ambos compartíamos la ideología de disfrutar del sexo al máximo, en ocasiones, llegamos a intercambiar fotos, audios, llamadas, deseos, fantasías, pero sobre todo sexo.

De una forma tan normal nos saludamos, pero ambos de inmediato sabíamos que a pesar de no ser una fantasía el hacerlo en el trabajo (porque ya lo habíamos hecho) esa noche iba a suceder, al menos yo lo imaginé y confirmo que también él lo pensó, no pasó ni un minuto al saludo cuando recibo un mensaje de él preguntando si nos podíamos ver en el espacio que la guardia ocupaba como cafetería, el pretexto era tomar un café, y estoy segura que yo podría el café y él la leche.

El mensaje siguiente fue "saludarte y percibir tu aroma me hizo recordar nuestros encuentros"... (solo me sonreí), me disculpé con el resto de las compañeras que estábamos reunidas para cenar, yo quería y pretendía cenar algo más delicioso.

Me dirijo al cubículo donde se supone nos veríamos y me cambia el punto de encuentro, nos fuimos a un espacio más cómodo y privado, era obvio que lo que seguía era disfrutarnos nuevamente.

Llegué antes y me sorprendió no encontrarlo, al instante entra él y se disculpa por la demora, había pasado a avisar que se ausentaría un momento de su servicio.

Llega y lo que a continuación tuvimos fue un disfrutar de besos, caricias, un despertar de nuestros sentidos y deseos, fuimos instintivamente pasionales, como si fuésemos los más grandes amantes con todas las ganas de tenernos uno a otro.

Después de esa excitante entrada, le pido se siente en un mueble que había ahí, le despojo la ropa y me pongo de rodillas para obtener justo lo que me encantaba, su erección máxima y su semen delicioso, tan sólo usando mi boca y lengua después de una buena estimulación, logré que terminara, ahora era su turno de hacerme sentir todo lo que ambos sabíamos nos gustaba, se levanta y sobre el escritorio que estaba frente a nosotros, me tumba y abre mis muslos para dejarle toda mi vagina mojada a su disposición, primero con la lengua, sus labios, pequeños mordiscos, jugando también con sus dedos en mis orificios empieza a introducirlos, mientras tanto, solo puedo morderme los labios, quería gritar de placer, pero las circunstancias no me lo permitían, termino en su boca y sus dedos, me levanta para darnos un beso donde nos compartimos el sabor de nuestro mutuo placer, ahora, se dispone a comerme los pechos, esos que tanto le gustan y disfruta, cuando logra ponerse nuevamente duro y firme me coloca en 4 sobre el mismo sillón que lo tuve yo y empiezo a sentir como va entrando ese miembro que me encanta, mis paredes vaginales lo reciben con tanta fuerza que parecieran succionarle hasta la última gota de sus líquidos, ambos logramos terminar y darnos el placer de entregar toda la pasión y atracción que sentimos al vernos.

Un abrazo y un par de deliciosos besos fueron nuestra despedida, nos cambiamos y salimos uno después del otro hacia nuestras respectivas áreas. 

Sin duda fue una buena guardia, inesperada pero fascinante, con el placer de siempre saludar grandes amistades. 


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