Nació un día caluroso en el seno de una familia numerosa, típico en aquella época.
Vivió y creció con muchas limitaciones materiales, aunque nunca le importó.
Era un niño noble, cariñoso, con el alma blanca, y con unos ojos limpios y brillantes que transmitían esperanza. Interaccionaba con todos los niñ@s ; se entretenía con todo tipo de juegos : lima, peonza, canicas... Aunque sentía predilección por el fútbol y las chapas. Gracias a su ignorancia nunca supo que era pobre.
Yo le recuerdo con afecto y cariño, pero muchas veces también con enfado por irse sin despedirse, por invadirme de melancolía y tristeza al recordarle.
Le busco para que me contagie su alegría y vuelva a regalarme su mirada limpia y blanca.
Muchas veces me asomo por la ventana con la esperanza de verle jugando, corriendo, riendo... Pero la razón me dice que por mucho ímpetu que ponga en su búsqueda jamás lo volveré a ver, porque aquél niño... ERA YO.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales