Cuando me atreví a sostenerle la mirada, supe que estaba perdida...
Llevo 1 año de relación con mi novio Alberto. Él es hombre de negocios y yo soy profesora de gimnasia, por nuestros trabajos, los horarios nos coinciden perfecto para salir a cenar, beber unos tragos y divertirnos. Casi a diario nos juntamos para comer y luego ir a su departamento o al mío para tirar o ver películas.
Toda mi vida he estado con hombres, no he tenido mucho tiempo de soltería, termino con uno y pronto llega otro. No dejo espacio para la soledad, me gusta tener con quien divertirme y estar acompañada si así lo quiero.
Con Alberto nos conocimos en una fiesta, lo sorprendí teniendo sexo con la novia de mi mejor amigo, al verme, ella se apartó inmediatamente, me pidió perdón y que por favor no le contara a su novio, tomó su ropa y salió de la habitación. Yo quedé en shock, pensé en mi amigo y en lo terrible que sería si se enterara... cuando vuelvo en mi, veo a Alberto tratando de vestirse y pidiendo disculpas.
- Bonita forma de conocernos, le dije.
- Disculpa, pensé que habíamos cerrado bien la puerta. Me respondió buscando su ropa.
- Que bueno que solo era yo y no mi amigo. Le dije recorriéndolo de abajo arriba con la mirada, aun se le notaba su erección dentro del boxer.
- Lo lamento una vez más. Sentenció mientras se subía el pantalón.
- Soy Sofía, le dije, a lo que él respondió con un coqueto "Alberto" mientras se acercaba para saludarme con un beso, el que recibí con mi mejilla derecha.
Salimos de la habitación y nos incorporamos a la fiesta, reímos y bebimos toda la noche, compartimos con otros amigos y al final de la fiesta, nos fuimos juntos a mi departamento, habíamos bebido unas copas demás por lo que se ofreció a llevarme hasta mi hogar.
- Shhhh, son las 4 de la mañana, los vecinos duermen. Le susurré por el pasillo del edificio.
- Shhhh, jajajaja. Me respondió abrazándome.
Entré a mi departamento, lo invité a pasar y cerré la puerta detrás mía.
- Yo Sí cerré la puerta, por si te lo preguntas. Le dije con cara de coqueta, dando un paso en falso de lo ebria que estaba.
- Jajaja, que bueno que me lo digas, no quisiera que nos sorprendieran a nosotros.
Me acerqué y lo besé, lo arrojé al sillón de la sala y me senté con las piernas abiertas sobre sus piernas. Lo seguí besando, mientras el me apretaba hacia su cuerpo con sus manos sobre mi espalda. Me quité la blusa y me detuve...
- Alexa! activa el modo inspirado
Las luces cambiaron a una intensidad tenue y en el soundbar se reprodujo rock clásico. Alberto soltó mi espalda, me apartó de su cuerpo y me miró fijamente.
- Estoy muy caliente, pero tú también estás muy borracha, no quiero propasarme contigo. Miró mi torso sin ropa, se mordió el labio, miró hacia arriba y dejó escapar un suspiro. - O tu si quieres que me propase?
Me aparté de él, me quité mi falda y caminé hacia mi cuarto invitándolo con la mirada a seguir mis pasos, me recosté en la cama, me quité el calzón para comenzar a jugar con mi clítoris, mientras lo esperaba. Cuando entró en mi cuarto venía desnudo con una erección total. Su pene era largo y delgado, venía masturbándose mientras me miraba, lo hacía con sus dos manos como invitándome a que lo acompañase. Me puse en cuatro, lo miré hacia atrás y me agaché mostrándole mis encantos.
- No lo puedo creer, te lo voy a meter entero, esa concha rosadita me pone duro como un fierro, déjame lamerla...
Terminó de decir eso y ya estaba con toda su cara embetunada de mis fluidos, moví mi culo para darle la señal de que me gustaba lo que hacía, gemía, me estaba aguantando el orgasmo para cuando me penetrara con ese vergón. Me tomó de las caderas, me giró y levantó hacia su cuerpo, enrosqué mis piernas en su torso y me afirmó contra la pared, tiró un escupo a su pene lo untó con los dedos y me penetró con delicadeza.
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