Actuemos con amor,
y todo irá bien.
Hemos de coincidir
con pasatiempos y buenos hábitos,
que nos conducirán
por caminos serenos, en paz,
y, por ende, de felicidad.
Desarrollemos con loable intención
todo cuanto tenga sabor
a cariño y solidaridad.
Nos daremos óptimos frutos.
Comprobemos las emociones
y seamos genuinos con nosotros mismos.
Afirmemos con respuestas claves
lo que nos repondrá con señales
de inteligencia y pasión.
Los vectores principales nos otorgarán
resultados de credibilidad,
de cercanía, de apoyo,
de regulación puntualizada.
No vivamos en la alteración,
ni consintamos que otros la propongan.
Hemos de potenciar
lo sencillamente maravilloso
observando y palpando su milagro.
Cuidemos el corazón.
Nunca nos fallará.
Estará hasta el final,
hasta el último momento,
sin estatismos ni problemas inútiles.
Comencemos cada día
con actitudes positivas,
desde el entusiasmo suave,
que todo lo puede.
No compliquemos la existencia.
Todo va muy rápido.
El balance del final,
y así hemos de recordarlo,
pende de nosotros.
Por eso, actuemos por amor.
Siempre.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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