Soneto-8

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Enviado el , clasificado en Poesía
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Era una noche de primavera,
luna radiante y frescos olores.
El alma invadida por los temores,
abierta la puerta, entra la quimera.
Y la vi con carita muy sincera,
dándole como reina los honores;
evitándole los sinsabores,
la puse como icono en la encimera.
Cuando la primavera terminaba
un presentimiento vino a la mente,
miré a la encimera, ya no estaba;
tal como vino, sigilosamente,
se fue mi sueño, se evaporaba;
quedé trastornado como demente.
----------(soneto 8)


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