EL AMOR NO ES PARA TRES, ¿O SI?

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Mucho se habla del amor, y de lo mucho que se habla, se dice que el amor es solo cosa de dos, que tres son multitud..., vaya, que el amor no es para tres, ¿o si?. Lo que está claro que es el amor es muy complicado, y yo lo tengo aún más claro, desde esta noche, a la que asisto a la cena que organizan unos amigos en su casa. Bueno, la cena la organizan entre varias parejas que se conocen desde hace mucho tiempo, yo llegué bastante después a sus vidas.

Por un lado de la cena están los anfitriones de la casa, Elsa y Enrique, una pareja que se conoció en la Facultad de Derecho y que lleva 20 años de matrimonio. Si uno les ve, no piensa que lleven tanto tiempo, no parecen tan mayores como para tantos años, pero si, hace mucho que sus caminos se cruzaron, aunque ultimamente se separan más que se cruzan, es como si de repente ya no se entendieran. Todo son malos entendidos y desacuerdos, tanto así que han acordado darse un tiempo por separado y la oportunidad de conocer a otros, aunque yo creo que no es lo que realmente quieren; lo cierto es que cualquiera diría que estan echos el uno para el otro, aunque ellos no parecen verlo. Para mi gran sorpresa, cada uno de ellos ha decidido invitar a ese otro y esa otra que han conocido, toda una escena de película para cualquiera que la vea. Elsa por su parte, ha invitado a Marcos, un periodista y escritor con alma de filántropo y bastante buena percha, algo más alto que Enrique, barba de macho-man y que al lado de Enrique, y sin querer que esto suene mal, parece bastante más empotrador que él. Les veo y seguro de que a Enrique se le riza aún más el pelo de lo que ya lo tiene al ver a ese maromo al lado de la que todavía es su mujer. En lo que a Enrique se refiere, ha invitado a la cena a una vieja amiga que se ha agenciado como su pareja, Carlota, un pivón más joven que Enrique y que Elsa. Carlota es una mujer con mucha personalidad y que se hace notar donde va, ha venido muy arreglada, como si de una modelo se tratara, vestido rojo, muy llamativo que acentua mucho sus pronunciadas curvas, que claramente son operadas. Está claro que no ha escatimado en arreglarse y acerse destacar, algo que ha tenido fácil desde en su divorcio, le sacó todo a su ex. En ese litigio conoció a Enrique, aunque eso fue hace tiempo y entonces no hubo nada entre ellos, a pesar de que Carlota ya le había echado el ojo a él, se la ve que no pierde el tiempo. Entre las amigas de Elsa, es conocida como Lady Silicona. Verles a los cuatro es casi cómico, yo lo siento por Marcos y Carlota que está en medio de ambos. Dos tríos enlazados entre sí.

Por otra parte están María y David, una ex-pareja que se ha reencontrado después de estar mucho tiempo separada y sin verse. David se fue años atrás a recorrer mundo, y ahora ha vuelto para echar raices aquí y asentar la cabeza, y como donde hubo fuego, cenizas quedan, estas han vuelto a arder entre ellos otra vez, el problema  es que esas cenizas ya no son cosa de dos, sino que en ellas hay una tercera persona, Andrés, el en ausencia de David, se ha convertido en el marido de María. Esta es otra situación digna de un libro, y es que con la vuelta de David y el rebrote de las llamas, María está hecha un lío, porque vuelve a sentir aquella vieja atracción por David, pero al mismo tiempo siente que no puede dejar a Andrés, al fin y al cabo ha estado con ella todos estos años, ha sido su compañero de vida y ahora, de un día para otro, no puede dejarle tirado sin más por un viejo amor. A mi particularmente María y David es una pareja que no me pega mucho, María no es especialmente guapa ni que destaque por nada entre otras mujeres, y David parece ser el típico tío que anda con mujeres más jóvenes que María, quizás más tipo Carlota, pero como el amor es ¡tan raro!, pues es capaz de mezclar huevos con naranjas, y ¿quién soy yo para cuestionar quien se junta con quién?, nadie, ¡si yo soy un cuarentón que se está quedando para vestir santos!.

Y para finalizar, tenemos la otra pata de la mesa, la tercera pareja, o mejor dicho el tercer trío, el cuál me tiene totalmente alucinado, sobre todo por parte de él. Os los presento. Él es Héctor, un tipo anodino y del montón, que no sé como llegó a enamorar a dos pivones que no sé que ven en él. Héctor, por un lado está con Sofía, una mujer sencilla pero muy atractiva, es buena gente y da la impresión de ser mujer de un solo hombre: por otro lado Héctor está con Silvia, una mujer de gran presencia, sofisticada, muy urbanita, muy de ciudad, alta y de grandes pechos, sin operar. Silvia, a la que se ve con buen fondo, es de personalidad intensa y acaparadora, como si todo girase en torno a ella. Lo que me flipa de todo esto es como Héctor ha conseguido no enredarse en este trío, ninguna sabe de la otra, y cuando parece que si puede enredarse, consigue salir de los charcos sin mojarse, da igual si el charco en el que se mete es mayor que el anterior, algo que le suele pasar, el tío logra salir de ellos. Héctor es como un crío, un adolescente que, no sé por que, es incapaz de decir la verdad, y sale de cada situación con una mentira aún mayor que la anterior. Es un mamón con suerte.

Y aquí estoy yo, recién llegado a la casa de Enrique y Elsa, viendo el panorama y pensando en la suerte y la tranquilidad que tengo de no estar con nadie, ni en medio de nada, sin líos ni situaciones estrambóticas.


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