Una Noche en un Motel de Lujo (1/4)

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Y te preguntarás quién es este tipo, me presento soy Marco, Marc para los amigos, como el cantante salsero, el resto de mi nombre no tiene relevancia.

Tranquilo, toma asiento, tengo una cerveza en mi mano, tómate algo, lo que sea, te voy a relatar una historia de una noche con una mujer, alguien con quien sorprendentemente no tenía en el radar, y tardara lo que demore tomándome esta cerveza, salud.

La historia sucede en un encuentro casual hace apenas un año, eso sucede porque hacía mucho tiempo no teníamos contacto, éramos compañeros del colegio, grados 10 y 11 para ser más precisos y en ese tiempo ninguno de los dos estaba interesado en el otro, ella era como la líder del grupo, algo mandona debo reconocer, y todas las demás amigas y compañeras revoloteaban alrededor suyo, todos en ese colegio venían de otras escuelas, y yo me había cambiado junto con un compañero; el caso es que interactuamos como compañeros, y yo tenía intereses románticos con otras chicas del curso o de otros salones, además Jessica, estaba todo el tiempo hablando de su “gordo”, “mi gordo” por aquí, por allá, era medio tóxica esa relación, pero esa palabra es nueva, en fin, y retome hace poco el contacto en esta gran ciudad, después de vivir una historia maravillosa que se terminó como todas las historias de amor, y Jessica también se encuentra en una situación similar, ese reencuentro fue casual, en un centro comercial 4 pm un café después de un aguacero espantoso, ambos somos de una ciudad pequeña, después de casi 15 años el verla fue una gran sorpresa y más aún que lleváramos tanto tiempo viviendo en esa nueva gran ciudad, recuerdo escucharle estas palabras, “aún no era nuestro tiempo”.

Pero ya sabes cómo es la vida, cuando buscas con quien conectar sentimentalmente, al menos para los hombres comunes como yo, es como si apestara a pescado descompuesto, pero en cuanto ya aceptas que tu vida está destinada a la soledad, las malas compañías, el licor y las chicas fáciles, aparece la mujer que vale los esfuerzos, al menos aunque solo sea llevarla a la cama, y encontraras cierta disonancia en mi discurso, algún capricho de la providencia, pero esa mujer se fijó en mí, y no serás tan estúpido o caballeroso para hacerte el digno, los hombres somos muy básicos, y no me perdería de estar con ella y en mi defensa ella es muy linda, divertida y sin prejuicios, para resumir hicimos clic, como la película del Hotel Transilvania, no las has visto, es ridícula, pero hacer clic es una buena alegoría.

Llevábamos solo 5 citas y creo que ya era tiempo de pasar tiempo a solas, además en las llamadas y mensajes de WhatsApp, no pierdo mi tiempo sin tirar lances un poco sugestivos, y ella me copia, así que interpreto eso como un interés sexual de su parte. Pero con las mujeres nunca se sabe, están locas y creo que así nos gustan, pero no tóxicas porque que pereza.

Quedamos x día de vernos a las 7, para una función en el teatro a las 8, era una obra de teatro, deberás, no a cine, allí ya fuimos y hubo flirteo y toqueteo, pero ella aun no soltó nada, quería estar segura de que solo fuera una aventura de una sola noche, y bueno, la verdad la quise y la quiero para muchas noches y en diferentes horarios.

Todos llegan en autos lujosos dicen las historias, pues no, este caballero llegó en su fiel corcel de dos ruedas, y aunque la chica según sus experiencias ha sido pretendida por nobles caballeros, le dio la oportunidad a este plebeyo jejejeje.

Que puedo decir la hacía reír, parecía más bien el arlequín del reino,  no busque mostrarme como alguien que no soy, y esa mujer pudo verlo. A otras mujeres no les interesaba mis sentimientos, si no cuanto tenía en la cuenta bancaria, por regla general las chicas buscan un buen partido y los hombres una mujer atractiva, que hay excepciones por supuesto y muchas, pero siempre me molesto ese moralismo barato.

Me gustan las mujeres que también lo piden y que saben que vamos detrás del delicioso y no se hacen las dignas, ambos saben a dónde van. Y esta mujer sabe que me la quiero llevar a la cama, ella me dijo esas mismas palabras, pero con un dulce beso me dijo “aún no”, sabe trucos y hacerse desear, aunque me molestara un poco, eso también me encantaba. Pero basta de explicaciones, vamos al grano, porque esa noche fue como dice la canción del taxista de Arjona, “basta con resumir que le bese hasta la sombra”.

Retomemos, 7 pm yo en mi fiel corcel de dos ruedas “Pandora”, si, la yegua de “the witcher” Geralt de Rivia se llama Sardinilla, la mía se llama Pandora, no necesito explicar porque el nombre, ya que es una caja de sorpresas, tendría que pedir 4 cervezas para relatar los diarios de motocicleta: ok Jessica, no me dejes ir por las ramas, le escribí al WhatsApp, ella bajó de su apartamento estaba lista y esperando, tenía una blusa blanca muy linda, con un escote 50/50, medio discreto, no vulgar pero era inevitable que no se te fueran los ojos.

Ella sabía que la veía con ojos de deseo, y yo sé que le gusta, llevaba unos botines negros puestos, se le veían genial, un pantalón de mezclilla ajustado -amigo mío, que piernas…cual mesa de billar-, un saco de lana delgada color blanco, cabello ondulado rojizo, lentes a lo Mia Khalifa, -se lo acepto todos los flashbacks de videos porno pasaron por mi mente-.

- hola Marc – me saludó.

- Hola Jess, respondí.

-¿Te parece que estoy bien así?, me pregunto ella.

Ella se dio la vuelta, -y dios sí que me encanta ese trasero, pero debía decir- estas hermosa, me encantas -Hay que mantener las apariencias y las buenas costumbres-.

- Jejeje, que bueno que te gusto, me vestí así para ti esta noche, disfrútalo. Entrecerró los ojos con una dulce sonrisa, me llegó al corazón, querido amigo, me llegó al corazón, si hubiese sido una caricatura, me hubiesen salido corazones en forma de globo alrededor mío, estaba conmovido y con el miembro erguido -Romeo me dicen-

Se acercó a mí, me besó tiernamente y sintió físicamente que si me había gustado cómo se veía, sonrió con picardía y dijo:

-Calma vaquero, más noche cabalgamos juntos hasta el amanecer. Guiño el ojo y se puso el casco.

Se subió a la parte trasera de la motocicleta y aunque yo tenía una chaqueta gruesa podía sentir sus senos, me abrazó y los frotó con fuerza en mi espalda, definitivamente no colaboraba con mi cordura y me encantaba.

- Marc, se nos va hacer tarde, andando, arre arre que no me quiero perder la obra, me decía ella.

- Como tú mandes, le dije, pero no me arrees al noble corcel, jejeje.

Ella era una incitadora profesional, no dejaba de frotar sus senos en mi espalda y también con su mano frotaba mi entrepierna, debo reconocer que hice más tiempo del necesario y me hice el que estaba un poco perdido, pero finalmente llegamos, guardamos el vehículo y fuimos a la obra.


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