Griselda, llega a España como toda emigrante con el miedo en el cuerpo. Le esperaba aquí su hermano mayor, un esforzado sobreviviente, que no representaba precisamente un aliento, pero, al menos, le ofreció un cobijo seguro donde vivir.
Su acento con melodía siempre lleva al error, le preguntan ¿eres argentina?, debe aclarar una y otra vez, soy fronteriza, pero chilena.
Cae bien, tiene la cara guapa y el gesto amable, pero lo más, es trabajadora. Consigue fácilmente un puesto en lo primero que sale y lo deja por otro mejor y así sucesivamente, es de escalada rápida.
A los pocos meses deja la vivienda del hermano y se instala en una habitación (con derecho a baño y cocina) con otras dos chicas españolas. En dos años ya esta integrada, huyó del habitual cobijo entre sudamericano, sus amigos todos son locales y la ven como algo especial y eso le encanta.
Se deja llevar fácil a la cama lo que aumenta su popularidad, folla con quién quiere y se lo pasa bien, tiene las cosas claras.
Trabaja mucho, consigue estabilidad, manda dinero a casa e incluso ahorra por si acaso. Esto, a la vez que forma piña con sus compañeras de piso, se dicen todas a una y lo cumplen.
Está en esa edad en la que hay que decidir el futuro y aparece Luís, un joven alto, guapo y con empleo técnico y la encandila, ella se hace valer para establecer posición y lo consigue, de primera no folla, después vino la presentación en familia. Seis meses después está en capilla, el primer bebé llega sin tardar mucho, el segundo viene por la inercia del primero. El cambio de vida se produce casi sin enterarse, de trabajadora incansable pasa a ama de casa inagotable.
Lo tiene todo, las amigas le envidian porque el marido es la “repanocha”, cumple todas las expectativas deseables, buen carácter, trabajador, hijo, esposo y padre modélico, una verdadera joya de no faltarle la chispa en la cama, es de polvo instantáneo y dormir profundo.
Empieza a despertarse a medianoche sin motivo aparente y sueña con pollas gigantes y corridas salvajes y cuando mira a Luís no se le enciende la mecha. En vez de series y programas lúdicos de televisión empieza a buscar porno gratis y se masturba a diario para calmarse los ardores.
En estas, conoce por casualidad a un chileno corrido que de primera se hace con la situación y le pone caza. Dos semanas después la coge sola en casa y la hace gritar como ya no recordaba. Resulta demasiado para tan deseosa como está y se abre a cuantas oportunidades se les brindan. Baja a llevar la basura y allí esta él esperándola con todo dispuesto, se baja las bragas y se deja hacer. Es una locura, pero alcanza el cielo en cada ocasión y así no puede resistirse. Sueña con las embestidas del compatriota y a su marido le da lo suyo y todos tan contentos.
Después, aparece Alfredo, es joven, simpático y de hablar ameno, ambos tienen tiempo libre, cogen confianza, empiezan los roces y aparece el deseo y aunque el chileno viene de continuo, ella comienza a esquivarle porque esta en otra. El joven tiene mejor presencia, se muestra entregado y apunta muy buenas maneras.
El marido desplazado en un viaje de trabajo, los niños en la guardería, el móvil visible, se propicia la ocasión, llama a Alfredo y éste se presenta raudo y solicito, median las palabras justas para no desubicarse. Follan sin miramiento, después vienen las justificaciones y finalmente se declaran enamorados.
El marido no las ve venir, pero el chileno sí, de seguido sabe que le han reemplazado y Griselda es demasiado deseable para pasar de ella, con paciencia de bereber la sigue buscando y la provoca e incita prometiéndole subirla de nuevo a los cielos. Ella se resiste, pero se corre de gusto pensándolo. Vuelve a bajarse las bragas y no se arrepiente, el chileno no desaprovecha la ocasión y le brinda su mejor repertorio.
Se cansa de Alfredo, es monótono y tiene suficiente con su amante fijo, así que se busca la excusa de mujer infiel y arrepentida, dejándole desolado, sin alternativas y con un, - no vengas más por aquí, por favor.
Sorpresivamente deja de aparecer el chileno, se interesa por él y le informan que lo han extraditado a su país por problemas financieros y se siente viuda de amante y de seguido vuelve al porno gratis y a masturbarse con desesperación.
Anita una de sus excompañeras de piso viene a visitarla buscando consuelo por haber dejado una relación de años y a ambas les hace bien el recordar el pasado. Se tienen afecto y las visitas se hacen habituales desde de ese día, entran en confidencias íntimas, ambas están en un mal momento, les falta el amante deseado.
En estas, cambian de vivienda, las cosas les va bien, Luís tiene un buen sueldo y sigue siendo un esposo modélico, los niños se hacen grande, la vida resulta placentera, tiene vibradores y una superpolla de material especial con los que alivia tensiones.
Un día tiene que llevar a su hijo mayor a casa de un amigo donde pasará la noche, vuelve dando un rodeo, necesita airearse, se para displicente en una plaza, se apoya en la pared con la mente ida, un joven con buenas maneras le pregunta directamente - ¿Cuánto cobras por un completo? la cabeza le da un chispazo, la toma por prostituta y está dispuesto a pagar. Lo mira, se le ve novato, le excita la idea, le pone precio y añade – pero en la calle, lo ha decide de pronto (cerca hay una zona sin iluminación). Éste asiente y lo lleva hasta allí (antes se provee de un preservativo). Toma la iniciativa, pero él ya está dispuesto, le acomoda la goma y se baja las bragas, algo usual con el chileno. A poco ya nota su estremecimiento, venía demasiado deseoso, le permite reponerse y ya armado aguanta sus buenas acometidas y por último le acompaña en su desfogue con un quejido breve placentero que le sale espontaneo. Se olvida de cobrar, es él quien le paga al terminar e incluso añade propina. Después, corre hacia su casa asustada por su temeridad y locura. Esa noche Luís la requiere y ella le complace y ambos disfrutan.
Anita se convierte en su compañía cotidiana y en la tía de sus hijos, viene a diario y les ayuda en los deberes escolares. Entre ellas cambian pareceres y confidencias, se tienen confianza, afecto y les une la misma carencia, el macho que las enloquezca y calme sus ardores.
En sus muchas confidencias salen las referencias lésbicas, les resultan curiosas, desean un macho, pero tienen curiosidad por lo sorpresivo o distinto, incluyen películas porno de tías y les incita a probar. Casi sin pensar inician un acercamiento que las lleva a experimentar juntas, ninguna piensa que funcionará. A las caricias y besos iniciales se les une la libido ardorosa y no pueden parar hasta que consiguen el éxtasis deseado.
Para las dos el más feliz de todos es Luís, tiene una familia perfecta en la que incluyendo a Anita se evita problemas serios.
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