Le habló Pedro a su hermano Luis, y apenas contesta este, le pregunta con voz norteña: ¿Se va hacer o no se va hacer la carnita asada? Y suelta la carcajada, --claro que si carnal-- le contesta, ¿Se vienen a la casa, como ves?, --Si, vamos mi esposa y mi hijo nada más, porque las hijas se quieren quedar a ver películas--, --sí, está bien-- le contestó Luis, aquí los esperamos, nosotros compramos las cosas y nos dividimos los gastos--, --sí no hay problema-- contesto Pedro.
Pedro le avisa a su esposa, para que se fuera preparando para ir an’ca Luis para hacer carne asada, ella le dice que sí, que como a las dos esta lista, que va a llevar un pastel que está horneando desde temprano, y que le daba gusto que se fueran a juntar. Le avisó también a su hijo Pedrito, para que estuviera listo a las 2 de la tarde, y él puesto, le contestó que sí, que casi estaba listo, que se llevaría el dron, para enseñárselo a su primo Luisito, que lo pondría a cargar la batería.
Al llegar a la casa acordada, se saludaron con mucho gusto y como la canción de los Tigres del Norte, que dice “Pedro, que gusto de verte, supe que eras licenciado”, se abrazaron y se palmearon las espaldas, se siguieron saludando entre ellos y los muchachos dijeron que se irían a la plaza para volar el dron, los papás los detuvieron y les dijeron que primero prendieran el carbón, pues ya estaban en edad de merecer, y luego se podían ir a hacer lo que quisieran. Los jóvenes aceptaron y se pusieron rápidamente a ser lo necesario para prender el asador, usaron la técnica de la servilleta con azúcar, empapado de aceite, auténtica tradición familiar, que nunca les falla.
Las señoras se pusieron a preparar las papas con mantequilla y pimienta envueltas en papel aluminio, chiles jalapeños rellenos de queso philadelphia y envueltos con tocino, algunas quesadillas de tortilla de harina y a preparar salsa, los hermanos marinaban la carne con algo de limón y sazonadores, el corte que más les gusta es la cabrería.
Los jóvenes apenas terminaron de prender el carbón se fueron sin avisar a volar el dron. Luis le comentó a su hermano que se le hacía raro, que era más fácil pedirle un favor a su sobrino que a su propio hijo, Pedro le contestó --a mí me pasa lo mismo, si le pido algo a Pedrito me hace caras, pero si le dijo a tu hijo Luisito, rápidamente hace lo que le digo, será que están cansados de que los estemos mandando toda la semana--.
Le dijo Pedro a su esposa, --platícales lo que el otro día, te dijeron de Pedrito la mamá de su amigo--, se rio y aclaró: difícil de creer, levantando la ceja, me dijo --señora, su hijo es muy educado y muy servicial, fijese cuando vio que está bajando el mandado inmediatamente se acomidió a ayudarme, lo que no hacen mis hijos, la felicito por el buen hijo que tiene--, se rieron, --¿cómo ven? candil de la calle y obscuridad de la casa--, el hermano Luis dijo --a nosotros nos pasa lo mismo, hasta nos da risa--.
Sonó el celular del doctor, --sí-- contestó como que era un conocido, no un enfermo, --si-- le dijo, --es mi hijo y un sobrino, ¿en dónde? Si, se la ubicación--, colgó. Les dijo que era un vecino que conoce, que dijo que había visto a mi hijo y a otro joven en la plaza volando el dron y que luego unos minutos después, salió del fraccionamiento para ir a comprar unos refrescos y que vio a un señor cerca de la tienda que sacó un rifle para dispararle al dron, y me quiso avisar.
Salieron corriendo los hermanos para buscar a los hijos a la plaza, los vieron que estaban a la sombra de un árbol, muy entretenidos viendo en la pantalla de su Tablet, les gritaban que bajaran el dron inmediatamente, Pedrito asustado, porque su tío le estaba gritando, empezó a hacer las maniobras para traerlo, les preguntó --¿pues que estaban viendo con el dron?--, --¿Por qué?-- preguntaban los jóvenes, pues llamó el vecino, que los había visto que estaban volando el dron y luego cuando fue a la tienda vio a un señor muy enojado con un rifle tratando de dispararle a un dron, supuso que era el de ustedes. --No, nosotros estábamos viendo solamente el arroyo que queda para este lado y la tienda esta para allá--, le señalaba el joven.
--Digan la verdad, se me hace demasiada coincidencia que anden 2 drones al mismo tiempo, uno cerca del otro--, los jóvenes aseguraban que ellos no eran, Pedro dijo –bueno, mejor ya guarden el juguete y sigamos la carne asada--, los muchachos obedecieron. Cuando iban de regreso a la casa, que oyen el zumbido de un dron, los 4 voltearon inmediatamente, sí había otro dron volando cerca, y en eso que se empiezan a oír disparos, empiezan a correr para refugiarse y no ser alcanzados por una bala. Entran a la casa y las esposas muy preocupadas les preguntan --¿qué pasó? Oímos los disparos--, --Sí-- dijo Luis --ha de ser el loco comandante que se siente espiado y el muy prepotente, quiso bajar el dron a balazos, sin medir las consecuencias--, está terminando de decir eso cuando oyen un ruido muy fuerte, empieza a caer mucha agua en el patio donde estaban haciendo la carne asada, dijo Pedro --este idiota ya le pego un disparo al tinaco que está en el techo--.
Salieron para mover la comida que se podía mojar, y se alejaron en el patio para ver si veían el tinaco ponchado, --sí se ve el hoyo de entrada y de salida-- dijo Pedro. Lo voy a demandar al pendejo, las esposas les dicen --miren vamos mejor a calmarnos un rato, agradecer que no nos dio a nosotros, y a seguir la carne asada--, los dos hermanos y los hijos se pusieron a platicar y en eso se vuelve a oír otro ruido extraño, en la azotea. --No puede ser, este idiota va a lastimar a alguien, voy a hablar al teléfono de emergencia--, apenas iba a marcar, se empezaron a oír las patrullas, colgó, como que otros vecinos les habían hablado. Salieron a ver y detuvieron al loco del rifle, que seguía gritando que habían espiado su propiedad privada, que él solamente se estaba defendiendo. Su esposa y su hija, estaban oponiéndose a que se lo llevaran, ellas están vestidas como que estaban asoleándose en una alberca.
Pedro le dijo a su hermano --¿viste a la esposa y a la hija, estaban vestidas con trajes de baño y bata, quizás el del dron las estaba espiando y por eso este señor se volvió loco de coraje?. ¿Tú te pondrías igual?, pues ve decidiéndote, porque los avioncitos espías se venden como pan caliente y vuelan por todos lados…
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