Se me ocurre que podríamos usar la frase sensación térmica a nuestra vida diaria. Esta analogía se podría aplicar a muchas cosas de nuestra vida, en donde los problemas tiene cierta dimensión, pequeña, grande o catastrófica, pero de acuerdo al entorno, se percibe como más fuerte o más difícil de resolver, la idea me surgió porque cuando oyes el pronóstico del tiempo, la chamaca del clima dice que hay una temperatura de menos 5 grados centígrados, pero con sensación termina de congelación de menos 10 grados, esto por los vientos o la humedad que existe en el ambiente, así cuando surge un problema que en otras situaciones no sería tan grave, en otras, o por los involucrados se manifiesta exageradamente.
Me acuerdo que en la casa trabajaba una señora joven que se llamaba Francisca pero nosotros le decíamos Panchita, siempre estaba alegre y tenía muy buena actitud, le ayudaba a mi mamá a cocinar, éramos muchos en la casa y esta tarea era muy absorbente en cuanto al tiempo, entonces era de mucha ayuda para poder con todos los quehaceres de la casa, nosotros éramos cinco hijos y todos teníamos diferentes horarios, nunca comíamos a la misma hora, aquello parecía restaurant.
Panchita había salido embarazada de un novio que tenía, que según platicaba era vigilante en una casa de la colonia vecina, eso no fue impedimento para seguir trabajando porque su bebe lo tenía con ella para todos lados, iba a cocinar y el bebé estaba pegado con ella en el portabebé, parecían muéganos les decía mi mamá, porque siempre estaban juntos, ella llevaba varios años trabajando en nuestra casa, yo creo que gracias al buen trato y respeto de todos nosotros, ella junto con su hijo Adalberto vivían en el cuarto de servicio.
Un día llegó una fábrica muy grande a la ciudad donde vivo, esa fábrica se dedica a fabricar automóviles, estaban contratando a muchas personas de todos los oficios, ya que era un complejo automotriz muy grande. En los anuncios clasificados de los periódicos, salía una lista que parecía interminable de vacantes, que con mínimos requisitos se podrían cubrir. Entonces la cocinera de toda la vida de mi casa, vio la oportunidad de irse a trabajar a la fábrica en donde le ofrecían todas las prestaciones de ley, más otras adicionales. Panchita hablo con mi mamá y le dijo que quería irse a trabajar a la fábrica y le comentó lo que le ofrecían, mi mamá no tuvo más remedio que desearle buena suerte y que le fuera muy bien.
Ella entró a trabajar al comedor de la fábrica, tenía que hacer muchos platillos de comida diariamente, de lunes a sábado, su horario era de 6 de la mañana a 4 de la tarde, no tenía problema para cubrir su horario porque estaba acostumbrada a trabajar muy fuerte desde muy joven, lo único que la intranquilizaba era su hijo, que lo dejaba con una vecina que se lo cuidara, se quedaba con la angustia, porque ellos siempre anduvieron muy juntos para todos lados, esto lo sabíamos porque todavía nos iba a visitar, decía que nos extrañaba, que éramos como parte de su familia.
En su trabajo era muy admirada por los conocimientos que tenia de cocina, que los había aprendido de mi mamá cuando estaba en la casa, las porciones eran diferentes ya que acá en el comedor tenía que hacer cantidades industriales para abastecer a todos los que comían, como prestación de la empresa.
Un día se levantó muy temprano como siempre, era un día con mucho frio y neblina, llevo a su hijo con su uniforme del kínder con la vecina y se despidió de él, muy frecuentemente lloraba cuando lo dejaba, algo muy común entre los niños pequeños, se fue a la parada del camión, para tomar el autobús de personal de la empresa, que pasaba por los lugares predeterminados. Se subió al autobús y se sentó en la quinta fila, este autobús tenia los asientos de fibra de vidrio y tubos de acero inoxidable, cuando iban en trayecto a la fábrica, era muy común que se quedara dormida por ser muy temprano, la neblina estaba hasta el suelo en la carretera y el chofer batallaba para ver por dónde iba conduciendo. Con tan mala suerte que había un tráiler con plataforma parado sobre la carretera, el chofer no tuvo oportunidad de parar por la falta de visibilidad y esto ocasionó un choque muy fuerte, que sacudió a todos los viajeros que iban en el autobús, Panchita al ir dormida no pudo detenerse del golpe y se pegó en la cabeza contra el asiento de adelante, fue un impacto tan violento que le causo una muerte instantánea, según platican los demás compañeros sobrevivientes del choque. En ese accidente murieron 13 personas y 10 más salieron heridos de gravedad.
Los papás de Panchita llamaron para avisar que había muerto Panchita, sabían que era alguien muy querida para todos nosotros, mi mamá fue para acompañar a sus parientes, que habían venido del rancho para sepultarla. Mi mamá me comento lo sucedido y me decía que Adalberto estaba llorando mucho, que le llamaba la atención como sufría el niño la muerte repentina de su mamá, que le preocupaba.
El papá de Panchita se llevaría al niño al rancho para que viviera con ellos, no tenía otro lugar a donde enviarlo, eran sus únicos parientes. El papá nunca se había hecho cargo de él, y menos con el cambio de trabajo que había hecho se había perdido todo contacto con el susodicho vigilante.
Mi mamá estaba muy triste porque había convivido mucho con la pobre Panchita, me decía: pero mira Juan como fue a buscar su destino, aquí no le hubiera pasado nada, pero así es el destino de cada persona, cree que es para bien el cambio y solamente le ocasiono la muerte.
Pero aquí no acaba la historia, Adalberto su hijo, a los 8 días se murió de tristeza, hablaron nuevamente para avisar de la muerte ahora del niño, todos en la casa estabamos consternados por la noticia, como era posible que se hubiera muerto de tristeza el niño, si estaba totalmente sano. Sería porque eran inseparables y eso le ocasionó no poder superar la pérdida de su mamá.
Este fallecimiento como lo menciono al principio tuvo una sensación mucho mayor, porque todos los trabajadores tenían poco tiempo que habían tomado el trabajo, se sintió como que tenían su destino preestablecido, por eso buscaron ir a trabajar a esa fábrica. Fue un momento de mucha tristeza y de negación por su búsqueda de beneficios que nunca disfrutaron.
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