CONEXIÓN CON EL MISTERIO 2

El matrimonio Fernández acudió al hogar de aquel extraño profesor con una mezcla de sentimientos encontrados. Por un lado iban entre escépticos, temerosos y tristes; y por el otro lado se sentían entre sorprendidos y curiosos.

Sergio los recibió con su habitual seriedad, y los hizo pasar a su laboratorio. Una vez más, junto al investigador se hallaba la profesora de sordomudos dispuesta a traducir lo que la niña pudiese expresar.

Sergio Darnell preparó el equipo, y mientras esperaban a que sa manifestara la psicoimagen con el ánimo en vilo, Elena tomó de la mano a su marido como buscando su protección. Pues al fin y al cabo estaban ante una experiencia inaudita que pertenecía al ámbito de lo más desconocido de la vida, de la que casi nadie hablaba.

El jaspeado ocupaba toda la pantalla del televisor; aquello de entrada parecía ser una tomadura de pelo, pero al momento empezó a perfilarse como si una mano invisible dibujara aquellas figuras, a vece en un tono verdoso, dando visibilidad a la psicoimagen de la niña la cual parecía que saludaba con la mano.

Entonces, Elena dio un brinco en la silla y se quiso lanzar sobre el televisor, mas su marido la sujetó con fuerza por los hombros. Ella reconoció a su pequeña Olivia. Estaba segura de que era ella. ¿Cómo podía ser aquello? Casi que no se lo podía creer.

-¡Hija mía, si estás muerta...! - exclamó la mujer presa de una fuerte emoción.

"- No, mamá. Esto es la vida de verdad. No quiero que sufras más, porque yo estoy bien - dijo la supuesta Olivia desde el otro lado, que a su vez fue traducida por la profesora de sordomudos.

 Posteriormente Sergio Darnell hizo una foto de la psicoimagen de la pequeña Olivia y se la regaló a sus padres. Y quien suscribe esta historia tiene otra copia de la misma.

- Nosotros... nosotros... le estamos muy agradecidos - expresó Enrique al profesor. En realidad el matrimonio no sabía muy bien qué decir, porque todavía no había salido de su asombro; de la impresión que les había causado aquella experiencia.

- Hay que ser muy cauto con estas pruebas porque todavía hay mucho que investigar - respondió el profesor con suma cordialidad-. El ser humano está compuesto por células, seguido de moléculas, y éstas a su vez están compuestas por átomos. Pero el átomo tiene una estructura de partículas subatómicas que en este caso es posible que en ellas vaya implícita nuestra personalidad, que no se pierde precisamente porque la Naturaleza es muy tacaña consigo misma y no desperdicia nada. Por otra parte es posible que al formarse el universo, las partículas elementales del átomo, que son la semilla de éste hayan vibrado como las cuerdas de un violin, generando un cosmos estratifiado; dividido en varias dimensiones, algunas de las cuales puede ser que se crucen con nuestro planeta.

- ¿Y es en una de estas dimensiones donde está ahora nuestra hija? - preguntó con un hilo de voz Elena, que no se soltaba del brazo de su marido.

- Puede ser. Pero les informo que las psicoimagenes que yo he conseguido grabar que son paranormales y espontáneas, pertenecen a personas cuyas almas, por decirlo así, están todavía en la INTERFASE del otro supuesto mundo. Esto es. Ellos todavía están en tierra de nadie, y que por lo tanto son más accesibles a manifestarse en mis aparatos - explicó ahora Sergio con gran seriedad- Ustedes si quieren que el alma de su hija sea más feliz, no deben de invocarla tanto con sus pensamientos y emociones de un modo tan apenado y vivan tranquilamente sus vidas.

El matrimonio Fernández salió del domicilio del profesor Sergio Darnell, y una vez en la calle Elena le dijo a Enrique:

-No digamos nada a nadie de lo que hemos visto, que se reirían de nosotros.

- De acuerdo - convino él.

Y pronto llegaron a su casa.