Cuando tomé el camino me sorprendió ver que tenía cinco surcos paralelos. Alguien me comentó que la clave estaba al principio, pero al no entenderlo, me lo tomé a solfa.
Caminaba sin motivo, a un ritmo lento, gozando del silencio, con el SOL a mi espalda hasta que oí un FA DO. MI RE a un LA DO y otro para ver quién había SI DO. Como no era algo grave, seguí con la cadencia de mis pasos. Un andante más. Me encontré con otro paseante que arrastraba una motocicleta, se trataba de un andante con moto.
Al pasar por delante de una casa vi en una de sus ventanas una escala por la que Mariano se había deslizado presto y ya se daba a la fuga. Acorde con la situación nada con fusa, otro individuo con un enfado a penas sostenido daba unos disonantes alaridos sin ninguna armonía al que huía en un 4X4.
Qué vas a esperar de un hombre que mantiene que una blanca vale el doble que una negra…¡Vaya bemoles, Mariano!
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