La mañana en Milán era fría por lo que solo había tres niños en el parque que estaba situado en la zona más lujosa y tranquila de la ciudad. De pronto, chirriaron los frenos de una furgoneta azul. Se abrió la puerta corredera de la misma y unos hombres desde su interior abrieron fuego. La madre de uno de los niños cayó abatida, un niño resultó herido en la pierna, otro se hallaba en una casita de madera y salió ileso. Murieron también los escoltas de la hija del juez. En un breve momento de calma, uno de los asesinos dio órdenes señalando a una niña. Una última ráfaga pretendió acabar con los testigos pero ya no quedaba nadie en pie excepto Benedetto, sus gafas oscuras y el bastón lo salvaron de una muerte segura. Benedetto era ciego desde pequeño y nunca seria llamado al estrado como testigo en un juicio. No merecía la pena gastar más balas. La puerta se cerró de golpe y el vehículo se alejó a toda velocidad llevándose a la niña que acababan de secuestrar.
La policía llegó al poco pero solo pudo contar con el testimonio del aterrado niño herido y con el del ciego. No tenían nada, sólo cuatro adultos muertos y un montón de casquillos de bala. Por la tarde, Benedetto más calmado, revivía los hechos tratando de destacar algún detalle para ayudar a la policía. A la cabeza le vino la imagen de Giulia. Su tía Giulia residía desde hacía muchos años en una pequeña localidad toscana donde Benedetto pasaba los veranos cuando era niño...El recuerdo de sus asfixiantes abrazos y su carita aplastada entre aquellos opulentos pechos le hicieron sonreír. En seguida se dio cuenta. Giulia había acudido a su mente porque el fuerte acento empleado por los secuestradores era el mismo que caracterizaba a los de aquella localidad toscana de donde residía su tía. Además, recordó un nombre que oyó gritar entre ellos. Ambos detalles los reconoció el ciego en las órdenes que el secuestrador había dado a sus esbirros. Benedetto acudió a los carabinieri con la información. A los pocos días localizaron al secuestrador toscano que había salido recientemente de prisión. Tras ser presionado por los agentes reveló el paradero de la niña. Había sido todo un éxito que se debió…. a un ciego. Nadie habría supuesto que sería el principal testigo de cargo de la acusación.
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