Comportamiento Prosocial

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Después de 2 años de Corona-virus henos aquí. Seguimos contemplando ese Sol que veremos el resto de nuestras vidas. Pensando sobre nuestros proyectos. Sobre si vale la pena seguir haciendo lo que hacemos. Muchos giros habrán ocurrido durante este tiempo.

Pero hemos sobrevivido. No quiero ser esperanzador ni pesimista. Llega un momento en que cansa escuchar noticias relacionadas con el virus. El virus nos recuerda lo vulnerables que somos. Los límites de nuestro actuar. Nos recuerda el factor sorpresa. Ese que nos juega la naturaleza cual diosa caprichosa. Más aún que aquellos que detentan el poder.

Tiempo donde se ve también la tontería. En aquellos que no quieren vacunarse por dogmas, supersticiones, etc. Todo eso se suma a gente desesperada. Gente que ya no quiere saber del virus. Que quiere ir a disfrutar su concierto y que ya le da apatía abordar el tema siquiera para conversar de forma casual.

Tantas parejas que no pudieron casarse a tiempo. Tantas reuniones canceladas para no quedar sin vida. Tantos encuentros evitados. Familias enteras que no se ven por cautela.

Conversaciones irónicas. Donde dos viejos hablan sobre el virus y las precauciones que se deben tener, pero que se encuentran pegados hablando, sin respetar el distanciamiento. Comentado sobre si el esquema elegido es el adecuado, si se va a volver a implementar tal o cual esquema.

Por otras tierras se habla de 3era dosis. Se habla de ser pragmáticos. No deberíamos dejar que os centros asistenciales se saturen.

Sentimientos encontrados. Teletrabajo. Amigos que no se han vuelto a ver de forma presencial. Y las ganas de quitarse el tapabocas. No porque uno no quiera respetar las normas, sino por simple cansancio. Policías en plazas que recuerdan a los más descarados que deben usar la mascarilla.

Incertidumbre. La palabra que se ha impreso a lo largo del globo luego de que nos chocamos con el tren pandemia.

Todo esto nos ha llevado a reflexionar sobre el propósito. A replantearnos la rutina. También una palabra que considero adecuada es extrañamiento. No estancamiento, porque de cierta forma conseguiremos superar esto. Nos extraña ver que algo que ni siquiera podemos ver a ojo desnudo puede borrarnos de lo que consideramos nuestro hogar. Nos creemos muy importantes, y nos olvidamos que solo somos unos más entre los otros animales. Si bien es cierto que mucho más inteligentes y capaces. La cima de la cadena alimenticia. Pero también presas de cosas tan pequeñas como mosquitos, virus o bacterias.

Pero creo que como dice Camus después de todo hay más cosas dignas de admirar en el ser humano que de despreciar. Y esto nos lleva a ser un poco más prosociales a algunos. A que encontremos la forma de mejor nuestra comunidad así sea con una pizca de sal.


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