La cabrera (Tomillo y queso)

A Sofía le encargó la cadena autonómica de televisión que realizase un reportaje para un programa de noticias y vida en el campo, con la colaboración de un cámara de la misma cadena. Entre todas las posibilidades, Sofía eligió una granja de cabras cuya propietaria era una joven universitaria que había preferido hacerse cargo de la granja de sus padres que trabajar en un despacho. La llamó por teléfono y quedó de acuerdo con ella para visitarla y grabar el programa. La granja estaba situada a una hora de viaje desde la ciudad en la que se ubicaba la cadena televisiva. Se trasladaron a la granja tres personas: Sofía, el cámara y el conductor de la furgoneta que llevaba el material para hacer el reportaje.

La dueña de la granja se llamaba Elisa y contaba con un empleado fijo y un hermano a tiempo parcial para hacer el trabajo de la granja.

Cuando llegaron los de la televisión, en una de las habitaciones de la granja, el hermano de Elisa hacía un dibujo rápido mientras un joven follaba a una chica por detrás, colocada a cuatro patas sobre una cama, y otro en la boca por delante. El primero era amigo del hermano, el segundo un chico que conocieron poco tiempo antes.  Ambos eyacularon a la vez, uno entre las nalgas de la joven, el otro contra su cara.  

- ¿Te ha dado tiempo a hacer el dibujo? -le preguntó el amigo. 

- Sí, os habéis demorado lo suficiente y bravo por ti -contestó señalando a la joven modelo contratada para la ocasión.

Elisa salió del establo de las cabras para recibir a Sofía y a sus colaboradores. En cuanto se vieron, ambas notaron una buena química entre ellas. Hablaron un rato los cuatro y tomaron unos quesos con vino dentro de la casa. Enseguida se incorporó al grupo el hermano, Rodrigo.

- Mi hermano es un buen dibujante, aunque sus dibujos escandalizan cuando los expone -presentó Elisa.

Dedicaron tres horas a realizar el reportaje. El conductor de la furgoneta, entre tanto, estuvo viendo la hinchada carpeta de dibujos de Rodrigo y bebiendo vino con el. El otro chico y la modelo se unieron posteriormente a ellos.

Una vez terminado el reportaje, Elisa los invitó a todos a comer, pero el cámara y el conductor tenían prisa por volver a la ciudad. El amigo de Rodrigo, el otro chico y la modelo querían aprovechar para irse con ellos en la furgoneta.

- Quédate tú -pidió Elisa a Sofía-. Quédate aquí unos días y mi hermano te llevará a la ciudad cuando quieras.

- ¿Unos días? -preguntó Sofía. 

Por la tarde, después de comer, las dos jóvenes salieron a pasear por el campo. En un momento, Elisa cogió la mano de Sofía y ella no opuso resistencia. Llegaron a un bosque y Elisa abrazó a Sofía y la besó aplastándola contra un árbol. Sofía se apartó de ella, la colocó con la espalda contra el árbol y le bajó los pantalones y la braga. De rodillas, le separó las piernas y le chupó el sexo. Elisa gimió de placer.

- Te huele el coño a tomillo -comentó Sofía.

De vuelta a la granja, en la habitación de Elisa, se desnudaron ambas y sobre la cama se abrazaron y besaron apasionadamente. En una mesita junto a la cama había un tarro de queso cremoso, unas botellas de vino y una cuchara de madera. Elisa le dijo a Sofía que levantase los brazos y separase las piernas. Con la cuchara, le untó de queso las axilas, los pechos y el sexo. Después lamió el queso distribuido por su cuerpo. Sofía sintió tanto placer gracias a la lengua de Elisa como ésta de saborear el queso y el vino sobre su piel desnuda. 

Los dos días que Sofía permaneció en la granja apenas abandonaron la cama de la dueña, alimentándose de quesos de distintas variedades y vinos saboreados sobre los cuerpos desnudos de ambas 

Al tercer día, Sofía decidió regresar a su ciudad y Rodrigo la llevó en su coche. Ambas jóvenes prometieron verse más adelante, mejor en la granja que en la ciudad.