Seacabotodoya

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Creo que ya no volverás a saber de ella. 

 Ese mensaje desafiante que recibes nada más cambiar de año es realmente un punto de inflexión en tu, por llamarlo de alguna manera, relación con Olga.  

"Deja de enviar mensajes a Olga, ahora está conmigo. Buscate un trabajo imbécil. Vale ya. Y si quieres ven aquí y te lo explico".  

Intuyes de quién se trata y te sorprende, pero de ningún modo esas palabras dañan tus sentimientos ni te acobardan. Te levantas del sofá y te encierras en el baño. Tomas asiento en la taza para contestarle en soledad con un mensaje, tomándote tu tiempo, al supuesto hombre herido en su ego.  

"Que le felicite el Año Nuevo a Olga no es motivo para que me insultes. Me quieres hacer creer que está contigo pero en realidad estás más solo que la una. Si la quisieras de verdad no leerías los mensajes y los correos privados de su círculo de amistades sin su permiso,  que ha tenido que cambiar de número de teléfono ya varias veces. Respeta a esa maravillosa mujer, basura humana, y déjala respirar. Olga no te pertenece. Nadie pertenece a nadie. Ella y solo ella es suficientemente persona para decirme seacabotodoya, como te lo dijo a tí en su momento. Y no me das miedo, solo me das asco."  

Olga se había sincerado contigo. Te había abierto su corazón con nobleza, sin buscar ningún tipo de relación amorosa. Cuando la conociste por medio de las redes sociales ya había dejado a su celoso y controlador marido, y vivía en casa de sus padres con su retoño, aunque él continuaba empeñado en su proyecto de familia, escudándose en las necesidades parentales de su hijo en común, sin demasiado éxito.  

Al cabo de un tiempo probó suerte e intentó la vida en pareja con otro hombre, pero resultó un nuevo fiasco. Causó consecuencias emocionales, pues dejó de confiar en vosotros. Ella nunca buscó el amor rápido y fácil, ese que te dan los hombres pañuelo. Tiene hambre de amor, de verdadero amor, sincero y sin imposiciones egoístas. Tal vez es mucho pedir en éste mundo cada vez más loco.  

Se comunicaba contigo muy de vez en cuando, y en la última conversación que mantuviste, te pidió que no le enviaras mensajes al móvil, pues podría tener problemas, ya que le revisaba el móvil sin permiso.  

Por eso estás seguro de que lo había hecho. Te habría encantado poderle contestar así, y hacerle estallar como un volcán. Lo que habrías dado por verle la cara...  

"Feliz Año para tí también, envidioso. Un besito"  

No sabes a ciencia cierta si han vuelto o no, pero no es asunto tuyo.  

Hay una respuesta inmediata.  

"A tu puta madre"  

Ríes. A veces los besos también duelen.  

Sales del baño con cara de satisfacción, como si lo hubieras usado.


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