Resiliencia del yo ruin, desprenderme del recuerdo de Nayib (Día 1).

Ayer recibí sus últimas palabras, la noche en vela con los tobillos entumecidos del frío, en la oscuridad vi versos de una mujer con los pies en la tierra y la mira al futuro. "She's right", es todo lo que pude meditar.

Reconocer que fui una pareja ruin solamente principia el largo camino de buscar la resiliencia de aprender aquello que Erich Fromm llamaba "el arte de amar"...

Cuando el alba tocó mi nuca en aquel sofá que tanto nos esmeramos en buscar, tomé su consejo y salí a "vivir".

Viejas tradiciones de año nuevo, agarré mis llaves y emprendí carretera... admito que la nostalgia invadió mis parpados, tenía mucho sin manejar el automóvil que estrenamos juntos (la vida con chofer y vehículo oficial te aisla de los pequeños placeres).

Fui al puerto de la Cenicienta del Pacífico, no pude evitar ir cuesta arriba al mirador donde compartimos nuestro primer   año nuevo... escuchando todas las canciones que nos marcaron, aquellas que disfrutaba, aquellas que nos daban risas... el primer momento de catársis para ver por última vez con amor cada una de sus fotos, al paso que las eliminaba...

Mientras miraba el horizonte conduciendo colina abajo, recordé con simpatía nuestra vivencia en las Pulmonías de la maldita ciudad del calor y las playas (había cierta similud en la escena)...

Antes de marcharme, confirmé la solicitud con mi asesor de la concesionaria automotriz, en unas semanas este automóvil se habrá ido... en el que compartimos tantas vivencias, pláticas, pasajes, momentos de amor, caminos... es hora.

Duele, y es apenas un paso muy muy pequeño, pero es tiempo. Sigue en mi cabeza la gran pregunta: ¿por dónde empiezo conmigo?