Carolina era una niña pecosa y regordeta. Un capullito, dentro de esas ropitas tan bonitas que le ponía su mamá.
-Juani tengo que contarte algo- le dijo a su mejor compañera en el colegio.
-¿Qué pasa Caro?.. Bajaste los ojos,, ¿vergüenza?- Juani.
-Y.. un poco, no es común lo que te voy a contar- seria y con gesto dramático Carolina.
-Uy uy uy me voy a enterar de algo que seguro va a estar en los diarios mañana, ja ja- Juani, tomándolo a risa.
-Prestá atención, creía tener un grano en el ombligo- Carolina
-Noo, ¿te preocupa eso?- Juani.
-Sí porque se lo conté a mamá y ella asustada me llevó al doctor-
-No me vas a decir que te tenían que operar de un grano en el ombligo- entre burlona e interesada Juani.
-No, mucho peor, mucho peor que eso- Carolina.
-Ay, ay dejame pensar... mucho peor... bueno... todo lo que se te ocurra hacen los médicos, pero no me dirás que te van a hacer un transplante de ombligo- alarmada Juani.
-Noo, ¿sabés que era?- -Carolina.
-Dale contame que ya tenemos la clase- Juani.
-Era un pelusa hecha un bollito... y el doctor se rió, se rió mucho y ...¡pasé un calor...!
-Ja ja ja, ahora sí que me reiré en toda la clase. Hoy por tu culpa me sacan del aula... ja ja ¡pelusa en el ombligo! ja ja ja sólo a vos te puede pasar...
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