La vaina se ponía bien jodida porque cada vez que arreciaba la brisa la llovizna salpicaba para adentro. Eran más o menos como las cuatro de la mañana y a esa hora tuve que levantarme a mover objetos para después no poder dormir. Aparte de eso la bata de dormir también se me mojó y con la oscuridad, bueno, me la quité y me quedé así desnuda. Cuando estaba relajada en un diván pensando tantas pendejadas sonó el timbre. Era el periodiquero, me cubrí con una toalla, pero era corta. Además del periódico también me traía un mensaje de parte de la Fundación por lo que tenía que hacerlo pasar para hablar despacio con él. Como una muestra de aprecio por el recado lo invité a quedarse para que desayunáramos juntos. No encontraba qué ponerme y la toalla se me bajaba con mucha facilidad.
No hubo más caso que permitirles a esos ojos que me vieran sin nada. Por tratarse de alguien a quien siempre le he tenido cariño pues me hice la pendeja y preferí pensar que no iba a llegar más allá. Pero estando tan cerca de mí fue inevitable que me tocara una tetica o, mejor dicho, un pezoncito. Lo que nos emocionó a ambos. Los labios de la pepita se me ponían duros, el carajo sabía que me había gustado la vaina. Me preguntó si podía quedarse un rato más con la condición de ayudarme a sacar al sol las cortinas y alfombras mojadas. En eso se hizo la hora de la comida principal y ya para entonces me había tocado más que los pechos, me dio mano por el culo y del culo la deslizó hasta mi coño, esa sí que estuvo buena.
Ah, pero ahora está salpicando, es decir que tenemos que tomar las precauciones porque va a volver a llover. La excusa perfecta para que se quedara la tarde conmigo y al no habar nadie más en casa nos metimos en mi cuarto. Yo pensé que tenía la varga parada pero no la tenía, en cambio yo sí tenía húmedo el coño y con muchas ganas de que ese güevo pasara todito para adentro nojoda. Le sugerí que con una chupadita tal vez le paraba y estaba listo para cogerme, pero me dijo que no fuera tan pendeja, que abriera las piernas que ese güevo pasaba así mismo frío. "¡Ábrete pues que tienes rato pidiendo pipe!." Separé los muslos tanto como me fue posible, el me dijo que primero tenía que meterme dedo y después la verga, con eso di un buen gemido de dolor.
–– Dime cómo tengo el güevo, carajita.
–– ¡Ay nojoda! Esa verga es pesada para mi pepita.
–– Tienes que aflojar e coño, porque así rígido tengo que cogerte más duro
––¡Ay gran carajo, cógeme más despacio que tu güevo me...! ¡mi coño!
–– Tengo que darte como es porque la pepita la siento fría y por lo tanto tengo que calentártela.
–– ¡Ay me estás destrozando la pepita...! ¡Me está doliendo la pepita...!
–– Te voy a dar hasta que te salga candela por la pepita, carajita. Te estás empezando a poner buena.
–– Esa verga tuya es enorme, gran carajo, dame más despacio que mmm... ¡mi coño! ¡mi coño!
–– Aprovecha que te estoy dando pipe para que muevas la pepita que ahora se te va a poner liviana.
–– Sí, dame pipe gran carajo, métemelo más adentro todavía que lo quiero todita en mi pepita, ahora ya no me duele.
Cuando el carajo me terminó de coger ya era oscuro y ya había terminado el chubasco. Le dije que de mi parte podía quedarse a comer algo, pero me dijo que con darle pepita ya era bastante. Él salió y yo me quedé recordando cada cosa que había pasado tiene un güevo bien lindo el carajo. Cada vez que me decía "carajita" me hacía sentir más excitada. Al otro día fui a la fundación y allí hicimos una asamblea en la que algunas estábamos elegantes y sexy. Pero la vaina es que no dejaba de recordar ese güevo que puede entrar frío en mi pepita y endurecerse dentro. No pude aguantar la curiosidad de preguntarle a una de las chicas de la fundación y ella me dijo que un pipe se puede asomar flácido a la puerta de la pepita, pero ahí se para.
También le dije que el carajo me dijo que tenía la pepita seca y fría y ella me aclaró que las mujeres tenemos un líquido en el coño que se activa antes que entre el güevo. Me metió la mano por debajo de la falda, me tocó la pepita y me dijo "yo sé que tú siempre la tienes húmeda y caliente, ese carajo te dijo eso para emocionarte más." Después me dijo que me deje de pendejadas y mariqueras que mi pepita es una de las mejores de este lugar. La vaina es ahora que antes que terminara la reunión escucho a una de las muchachas quejándose en el baño. Y cuando salió después salió un carajo muy parecido al repartidor de periódicos. ¿Qué hace ese carajo en una reunión de mujeres? Resulta que la amiga a la que pregunté es su novia.
Pues a mí no me importa si son novios o no, yo me lo tengo que llevar a pasear y por ahí en alguna parte tenemos que pasar un rato a solas porque mi coño quedó con ganas de más. Y para más asunto hay aviso de otro chubasco así que lo que hay que hacer es quitárselo para que esta noche vuelva a darme de eso tan lindo que es el pipe. El gran carajo también me levanto ahí, delante de todos, la falda y también me metió mano por el culo. No hubo que ir a ningún lado porque en la misma mesa donde se llevó a cabo la asamblea me tumbó y me arrancó la braga. "Demuéstranos a todos lo bien que coges carajita, porque aquí te voy a tener hasta que me salga toda la leche." Me reí a carcajadas.
Pero igual el carajo me metió la verga esa tan pesada que tiene, mientras todas las chicas veían eso de lo más embelesadas. Se sacó su güevo bien parado y me lo metió de una, solo que esta vez no me hizo gemir. Por más duro que me daba con el pipe no lograba que yo dijera nada. Como yo no me quejé ni dije ninguna palabra el dijo era por eso que no le salía la leche. Todas se rieron de él y le dijeron que el seco es él porque yo tengo la pepita en las mejores condiciones. Una de ellas le dijo, "ahora lo que te queda es hacerte la paja porque si con ese coño no te sale leche no hay otra manera." Fui buenita y yo misma le guardé el güevo en su pantalón, un gesto para demostrarle mi amistad.
Bien espero que haya siquiera alguien a quien esto le guste y tenga a bien hacerme llegar un comentario.
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