Denunciar relato
En el primer día de tu vida no sabes nada del amor. Ni siquiera tienes los ojos abiertos. Te interesa mucho el pecho de mamá. Papá puede estar contigo, pero no tienes noción de su presencia. Con el tiempo abres los ojos, aprendes a reconocerlo, despiertas amor por él y le dices:
«¡Papá!».
Igual, el verdadero Amor no es algo que surja de la noche a la mañana; es más, tienes que esforzarte por despertarlo y crecer en él.
La carne tiene un progenitor y el alma también. En algún momento, cuando abras los ojos del alma, reconocerás también al Padre Celestial. Sí, a nuestro Dios. Y cuando, algún día, despiertes Amor por Él, dirás:
«¡Papá, te amo!».
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