Me llamo Joey Kraus, vivo en la calle Erie y trabajo como asistente personal de Larkin Hoyt. Es pausado cuando habla, pero es muy intranquilo con esos ojos que están muy pendientes de cada movimiento que hago, en especial mis cuando tengo que levantarme la cota. La proporción de unos globitos que tengo en la parte superior del torso es la adecuada como para que me los otee con mucha insistencia. Y es que se porta tan atento conmigo y me dice cosas que me hacen emocionarme. Trato de ser honesta en la parte laboral y de llevármela bien con él en la parte amistosa y algunas veces hasta en la parte íntima. Resulta que además de todo de vez en cuando nos da por meterle también al contacto penetrativo y esa es la parte de la más me gusta hablar, de la jodedera.
Tiene una esposa bellísima y sexy con la que tengo también una amistad muy cercana además de que sabe que él a mí me coge con más ganas que a ella. A fin de cuentas, quién va a estar complicándose por esas pendejadas. Lo que sí me ha dicho es que quiere verlo cogerme y para eso él tiene que estar con ella y conmigo al mismo tiempo, de darse el evento de que estemos las dos con él tal vez la vaina tengo un tanto de más interés. Ella tiene un coño tan bueno que a mí me gustaría a veces tener un pipe para metérselo porque con verlo se me pare el clítoris. Toda esa pensadera de mariqueras se empezó a cuajar cuando estábamos las dos juntas en su casa, Larkin me llamó a mi celular para decirme que ya había terminado.
Deduje que ese era el día para llevar a cabo lo que tanto habíamos propuesto, agregándole a eso que antes que él llegara las dos nos duchamos juntas como buenas amigas. A ella le gusta mucho mi cuerpo desnudo y a mí el de ella. Fue tan grandioso eso de tocarnos y acariciarnos bajo la ducha y en especial cuando tuvimos que enjabonarnos la pepita, yo la de ella y ella la mía. Me prestó una bata de casa, así que cuando él entró las dos estábamos en bata y sin nada debajo. Nos dio el abrazo y el beso a las dos, pero a mí me apretó más duro y por más tiempo que a ella, también me metió mano por el culo. Lo jodido de esta vaina es que, con dos pepitas excitadas frente a él, todavía no tenía parado el güevo.
–– Larkin te necesitamos con el pipe lo más en guardia que puedas que las pepitas lo están desde hace rato.
–– Tranquilas por favor que sí vamos a tener un rato bien lindo, pero no se me pongan como carajitas que ya ustedes son grandecitas.
–– Cuál de las dos te va a mamar el güevo primero yo o Joey.
–– Eres una esposa muy bella, Elinor y Joey también, pueden hacer el intento las dos a la vez
–– Esa verga es lenta para parase pero cuando se para a mí me pone, que quedo con la pepita fruncida.
–– Pues les aseguro que cuando mi leche caiga en sus coños les va a dar tembladera a las dos, nojoda.
–– Métemelo primero a mí Larkin, que mi pepita está más húmeda que la Elinor.
–– Déjate de pendejadas y lámelo con más ganas que te tengo empleada para esto.
Ya para ese momento la verga de Larkin estaba en su mejor momento y yo era la que se la mamaba. Había puesto a un lado a Elinor y en su propia casa así que a ella no le quedó de otra que frotar sus globitos por mi culo. Yo a ella también le di mano y dedos por la cuca y estaba mojada y palpitando y esperando el güevo de su marido. Quedamos en que él nos iba a coger a las dos, pero yo me quedé con esa verga para mí sola. Le puse la pepita encima del güevo y una vez que la tuve dentro vino el sube y baja. Eso sí que fue bien espectacular que ese gran carajo me cogiera con su verga viéndonos su esposita, y lo mejor de todo es que fue idea de la gran pendeja.
Quién la manda a estar de marica metiendo otra mujer para su marido. Después que me cogió y me dio esa leche caliente espesa el siguió con el pipe metido dentro de mi pepita. Así transcurrió la noche completica con esa verga metida en mi coño hasta que ya Elinor estaba que se le había enfriado la pepita. Cuando amaneció nos metimos los tres en la ducha y ahí también fui yo la que le tomé le pipe con mi mano y también le di mano a Elinor por la cuca y el culo para calmarle un poco los nervios. Cuando nos vestimos ya para salir a nuestras tareas ella te tocó la verga y él dijo que había sido una experiencia satisfacer esa curiosidad. Él a ella también le metió la mano para luego decirle que algo así debía repetirse más a menudo.
Ella quedó en casa desnudita y con la puerta entreabierta, yo por mi parte tenía un escote que permitía apreciar mis tetas. Le pregunte que si tiene una esposa tan linda y con una cuca tan fenomenal por qué no quiso cogernos a las dos. El gran carajo me dijo que cuando vuelva otra vez a su casa seguro que ella no perderá tiempo en darle coño primero que comida. Agregué, "tiene usted una verga de buen tamaño señor Hoyt pero por eso no debe usted abusar de su esposa." El aclaró, "pero si ella siente más emoción cuando sabe que estoy con usted señorita Kraus." Llegamos al edificio donde empezó el ajetreo con la variable de que ese día me dio manotazos por el culo con más frecuencia que otros días anteriores para que yo sepa que el güevo todavía quiere más cuca.
También se hizo notar entre otros empleados y empleadas que cada vez que el me tocaba el culo yo a él también le tocaba la verga hasta que ya finalizando el día se la saqué para ellas vieran lo bella que la tiene. Eso sí, pueden vérsela, pero ni piensen que mi jefecito se las va a coger a ustedes sin mi permiso. Una de ellas me dijo, "hablas como que el pipe de Hoyt fuera el único." Yo le dije, "para mí lo es." Y así fue como maté la curiosidad de la esposa de mi jefe y también me quedé con la parte principal. Ahora lo que falta es firmar unos documentos en los que me da a mí algunas acciones nuevas en la empresa. Es decir que aparte de ese blanco y viscoso, de esa verga también salen algunos beneficios adicionales.
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