Buenos días amigos:
Ayer vino Maria Flor a visitarme a la finca, una colega del colectivo de "Breeders Ancestrales" y me dejó un cogollo de una yerba muy especial.
-Mañana te lo fumas- me dijo
Así que hoy después del desayuno me lo fumé. Estaba rica, sabía a galletas recién horneadas, como las cookies de Thierry.
Salí de casa y fui a dar de comer a las cabras. Estaban las dos mordisqueando por el invernadero y al verme llegar, vinieron a toda velocidad a comer su grano preferido.
Cuando me iba, oí a mis espaldas "Luuijjs, cuidado que va a caerrjj".
Miré para atrás y ví a "Mielita", la cabra pequeña mirándome fijamente.
Ostias! Miré el peta y no sabía que pensar. Que puñetas estoy fumando!
Así que entre caladita y caladita, volví para casa y justo cuando llegaba, oí un estruendo en el cielo y una especie de bólido luminoso cayó a toda leche sobre la higuera más grande que tenía, (la dejo pulverizada, echando chispas y humeando).
Fui a mirar acercándome con cautela, no vaya a ser... y localizé un objeto al rojo vivo. No parecía natural, más bien daba la impresión de ser algo fabricado.
Miré hacia arriba acojonado. No vaya a ser que caiga el resto de lo que sea.
El objeto, del rojo incandescente pasó casi de inmediato a un estado de apariencia normal. Su forma me recordaba a un cojín blanco de madreperla, brillante, de colores irrepetibles.
¡Aibalaostia! Está creciendo, la cosita de colores empezó a aumentar y ya no sabía si la situación era verdadera o era causa del porro con sabor a galletita..., sin contar lo de mi querida cabra, que me avisó unos segundos antes de la caída del objeto.
Cuando alcanzó el tamaño de un coche, se estabilizó suspendido a un metro del suelo, mientras una plataforma se extendía hacia mí.
En mi cabeza ya bullía la idea de alienígenas, pero el aspecto de los seres, a bote pronto me dejó alucinado.
Salieron del interior del objeto tres personajes de no más de 30 cm. de altura, pero exactamente igual a nosotros los humanos.
Uno de los seres parecía que manejaba un espectro de luz con sus dedos, y de pronto oí una especie de voz metálica:
Mecachis!!! Nos hemos equivocado de tamaño. Volvieron para adentro, la plataforma se recogió y el artefacto tipo coche, se hizo más grande tipo camión.
La plataforma volvió a salir y a continuación salieron los tres seres ya con un tamaño normal, tipo humano.
-Venimos de tu cabeza- dijo uno de ellos.
Volví a mirar el peta, pero ya no quedaba más que una colilla.
- Imposible!! - respondí. No os conozco de nada.
-Eso es lo que crees- respondieron.
-Pero dado que tu cerebro es un desbarajuste, no me extraña que no nos reconozcas-
-Yo soy Deseo el que todo lo quiere- dijo el del centro.
-Aunque no me haga falta, el caso es comprar, consumir hasta reventar y me importa una carajo si no queda nada para otros y que el planeta sea un puñetero estercolero.
- Y me acompañan a mi derecha,
Ira, que siempre va a ostias con todo, que lo único que le importa es armarse hasta las cejas y guerrear con todos, da igual porqué.
-Y a mi izquierda,
Ignorancia, la peor de todas, maligna, incapaz de sentir algo hacia los demás. No es Ignorancia cultural, es Innata, antipática, imposible de que empatice con alguien.
Somos los mejores, los más populares.
Entre los tres representamos las cualidades más significativas de la civilización actual y de estas"virtudes", no se salva ni dios. Nosotros encantados, mientras dure aquí estaremos.
La situación era dramática, como si ya no tuvieras el control.
De repente a mi derecha apareció un arco iris espectacular de una intensidad irreal, pequeño, de unos veinte o treinta metros de ancho por la base. Era como personalizado, para que algo ocurriera allí mismo.
No pasaron ni cinco segundos y apareció un objeto luminoso en el centro, del que salieron tres seres que decían venir de las regiones más remotas de mi cerebro.
De zonas a dónde se envían las conductas que deberían estar en "cortex frontal", que es el responsable de controlar nuestra manera de ser y de regular las emociones.
No me dijeron sus nombres, pero creo que representaban a las emociones más opuestas al Deseo y sus acompañantes.
Hablé con ellos y me regalaron un manual del usuario para acercar los sentimientos más periféricos al lóbulo frontal.
Para hacer la vida más fácil, ya sabes: más conocimiento, más empatía, más paz...
No se el tiempo que pasó, estuve allí hasta que la escena empezó a difuminarse y ya no quedó nada.
Pasados unos minutos me fui a casa a tomar algo dulce. El colocón fue histórico, hablaré con María y le diré que me pase un esqueje de esa magnífica genética.
Fin de la experiencia.
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