Denunciar relato
No una sino mil luces, las estrellas aunque la suma de todas ellas
no alcanzaba a alumbrar la tierra.
Se alzó la luna ¡qué bella! redondez de blanca luz rellena, siluetas
ver dejaba para alumbrar sólo a los poetas.
Entonces la luciérnaga perlaba las plantas, recorriendo sus ramas,
con la luz en su panza y pensó "ya verán cómo todo cambia cuando
vengan mis hermanas"
Y llegaron.. pero nada, nada cambió el negro vestido que la noche
vestía y la noche preguntaba:
-Quieren dormir conmigo? soy el descanso del día, el sol con su
gran farol, iluminará la mañana"-..
Der. Reservados
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