Caminando por la ciudad, con muchos tramites que hacer, varias oficinas que recorrer y todo el tiempo en contra me encuentro en la puerta de un local que pocas veces había entrado. En él un joven el cual ya había admirado antes, su desinterés llamó excesivamente mi atención, ¿había descubierto un nuevo prospecto para probarme? ¿podría atraerlo? ¿podría gustarle? ¿hasta qué punto podría llegar?
Mientras que pensaba cual sería mis pasos a seguir para aquella conquista temporal para matar mi estrés del día, educadamente se acerca, me saluda y me invita a pasar para revisar los documentos que llevaba.
Entre que atendía a gente que llegaba, y apoco leía lo entregado, mis ojos no se despegaban de aquella espalda bien formada bajando hasta sus nalgas que aunque el pantalón era bastante holgado resaltaban, imaginando libidinosamente como seria arrancarle los pantalones y la polera.
Era casi la hora de almuerzo, y la última persona se retiró del lugar. Pensé es mi momento. Me acerqué coquetamente mostrándole deliberadamente mis pechos, para comentarle si le faltaba mucho, respondiéndome que estaba casi listo solo que debía acercarse a la bodega a revisar si necesitaría algo más. Asentí con la cabeza e instintivamente lo seguí. Llegando a la bodega se da vuelta a mirarme dándome el paso e indicarme donde podría sentarme mientras, pero al adelantarme me toma de la cintura por la espalda, coloca su boca en mi oído susurrándome que si necesitaba algún otro servicio. Mi cuerpo tembló de emoción, jugar con aquel desconocido me encendía simplemente por la novedad de probar aquellas partes.
Con mi voz lo más tranquila consulte; ¿qué podrá ofrecerme usted? ¿habrá algo escondido aquí que pueda satisfacerme?, aquel desafío había sido liberado.
El no dudo en hacerme saber que su miembro ya estaba preparado para todo, tomándome firmemente las caderas y rozándolo por mis nalgas, que en un descuido mío ya había logrado subir mi falda sin que lo notara. Me acorralo en la muralla, besando mi cuello fuertemente, tomó mis manos y los llevo sobre mi cabeza afirmándolas con su mano derecha y bajó rápidamente la izquierda a mis pechos, los cuales deseaban ser liberados fuertemente.
- Así que esto querías mostrarme - me dijo al sacarlos de mi polera. Metió su mano tomando uno fuertemente y apretando mi delicado pezón, mientras su miembro bailaba entre su pantalón y mi ropa interior.
Que podría pensar yo en esa situación, dispuesta a catar cada parte de su cuerpo y comprobar con mis manos y boca si aquel bombón era como se lucia a la vista.
Deje que recorriera mi cuerpo completo, sacó mi polera dejando expuesto mis pequeños y firmes pechos. Su mano descendió a mi pubis en busca de un dominio completo de mi cuerpo.
Introdujo su mano entre mi tanga ya toda húmeda de placer, sacando al mismo tiempo su miembro grueso, - espero que sea de tu provecho - declaró en mi oído mientras por mi espalda me clavaba firmemente su pene en mí.
Mis gemidos hacían que su cuerpo me diera más fuerte, y mis líquidos salían plácidamente. Al primer orgasmo saca su miembro y me da vuelta mordiendo mis pechos y bajando directo a mi vagina. Como movía su lengua, mientras introducía sus dedos entre mis nalgas. Jugando al todo o nada, se llevaría todo en este encuentro.
Después de haberme corrido un par de veces me coloca en cuatro e introduce su miembro en vez de sus dedos, mientras apretaba mi clítoris haciéndome gemir fuerte y sin parar... dejándome correrme libremente sobre el ... y antes de acabar, saca su miembro, me da vuelta rápidamente y baja mi cabeza introduciendo su miembro caliente en mi boca, logrando acabar completamente en ella.
Su cara de placer y satisfacción de ambos nos llevó a un juego completamente ganado. Recordando que aun estábamos en la bodega... Fue un almuerzo muy provechoso.
Espero prontamente tener que volver a aquel local para una segunda partida...
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales