Aniversario de tres (2/4)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
6922 visitas

Marcar como relato favorito

Vamos a un bar, con música y gente bailando, lindo ambiente, y ya le entramos al whiskey. Kary más cachonda, escucha a Romeo Santos y pum, salta de la silla y se pone a bailar sola, con movimientos sensuales que paralizan la conversación con Emiliano y el queda perplejo.

El me exclama: ¡sal a bailar con esa tremenda mujer! 

A lo que le contesto, soy malo bailando jaja, no quiero arruinar sus movimientos, pero si tú bailas bien, adelante, ella estará encantada.

(Yo sabía que este era un ritmo sensual y pegado al cuerpo, así que él se sorprendió, pero aceptó inmediatamente).

La toma de la cintura y comienza una danza erótica e inocente pero llena de deseo, la veo moverse divina, por momentos se acercan tanto, que ella choca sus pechos suavemente contra Emiliano y sus pelvis no evitan el roce continuo, lo que inevitablemente logra la erección de Emiliano, que yo logro visualizar por la protuberancia que marcan sus pantalones y Karina haciéndose la tonta ya había experimentado como sin querer. Él la había apoyado en más de una ocasión para la sorpresa de mi mujer, parecía cargar algo importante ahí abajo. 

Ella me mira cómplice y se sonríe, estaba plena a disfrutar sin temores.

Regresan a la mesa, beben algo, y él me dice, esto supera mis planes para hoy, me gustaría agasajarlos y que sigamos los festejos en casa si lo desean, respetuoso, pero sin pausa, comenta que tenía un bar preparado para que la noche no acabe jamás. 

Ella me mira con dudas, pero con unas ganas furiosas de que yo dé el ok, nos miramos y sabía que ella estaba preparada para La Noche de su vida, así que no lo dudé y acepté su oferta de visitar su casa.

El sube a su auto, y lo seguimos, ella me pregunta si estamos de acuerdo los dos a lo que la noche nos depare y yo le digo que si. 

Kary tenía una calza negra con un top negro ajustado, se sienta en el auto, se reclina el asiento como descansado y le pido que abra las piernas, lo hace deseosa de mi mano, penetro bajó su tanga, le paso suavemente mis dedos índice por la concha (super húmeda) y eso era una mar de placer, flujo abundante rodeaba la vagina cuando meto mi mano dentro de la tanga y la sacó babosa de jugos vaginales Yo ya tenía la verga dura y mojada de imaginar la noche que se avecinaba, así que imagínense.

Lo seguimos, él llega primero claro. Tremenda casa a la playa, abre el portón del garaje, estaciona, hay lugar para otro auto, me pide que pase, estaciono al lado y le abre la puerta a mi mujer cual gentleman, la toma de la mano, la agarra de la cintura cual macho dominante pero delicadamente y me la entrega murmurándome al oído:

¡Que tremenda esta tu mujer! Lo que ella escuchó perfectamente. Lo miró con seducción y se sonrió a Emiliano aprobando sus palabras.

Llegamos a la sala principal, nos sentamos en unos sillones blancos, Emiliano pone música suave, ofrece tragos en el bar de la casa, ya que tenía de todo, pero nosotros ya estamos con whiskey.

Kary se levanta, se acerca a él que estaba tomando unos vasos para servir, toma el vaso que él tenía en su mano, Kary lo envuelve atrapando la mano de Emiliano como una caricia sedienta de placer y le pide el mejor y más caro scotch disponible. Ella bebe Buchanan y él tenía una botella añeja del mejor.

Yo veía que estaban tan cerca el uno del otro que me empezaba a calentar la verga ver a mi hembra tan cerca de otro macho, y lo veía a él no quitarle los ojos de las tetas mientras ella servía Buchanan para los tres.

Ella pasa por atrás de Emiliano, no sin antes acariciar la espalda robusta de Emiliano (con sus pechos y sus pezones turgentes), tan lentamente que ella parecía no querer terminar de acariciar esa espalda con sus tetas, a su lento paso el baja su mano y le toca la mano a ella, logrando los dos un fuerte apretón como de deseo, así se alejó de él, se sentó a mi lado y me dio un beso de esos que piden sexo y más sexo que solo yo reconozco, y exclama al oído:

Sebas estoy recaliente, quiero que me cojas y dejes a Emiliano participar de nuestra noche, por favor dame ese regalo, sé que vinimos a eso, pero quiero tu permiso.

No te imaginas el bulto que tenía mientras bailábamos, es una bestia, me lo quiero coger, me calentó mal, awwwwww please.

Claro mi amor, sabes de mi cabeza abierta, te voy a disfrutar viendo cómo te coge tremenda verga si así es de impresionante. Que linda estas en ese papel de seducción, TE AMO.

Emiliano se acerca con su vaso, Kary ya había cargado los nuestros para que duren una larga charla, como el sillón era grande de verdad yo había quedado en una punta, Kary a mi lado en el medio y Emiliano pide permiso para ocupar el otro lado del mismo.

Ahí Karina había quedado atrapada entre dos hombres con mezcla de deseo y placer, a la espera de acción.

Emiliano se había desabrochado un botón más de su pecho bronceado, el cual Karina lo admira con ojos tímidos peros sedientos, y los dos podíamos apreciar como a través de su pantalón se formaba tremenda protuberancia que se notaba se moría de ganas por salir del encierro, era así no más, muy vergudo Emiliano, que de a poco se acerca a Karina pidiendo mi aprobación, claro.

¿Yo caliente? contemplaba la escena, bebíamos Buchanan las copas se iban acabando hasta que Kary me mira cómplice y me sonríe, yo entendí todo y le sonrió.  

Emiliano se desabrochó ya toda la camisa blanca y su torso desnudo y bronceado queda expuesto a la mirada y las manos de mi mujer, que le pregunta si no le molesta que le pase la mano, a lo que Emiliano responde:

Karina podes acariciar todo lo que gustes, será un placer para mi (Emiliano sabía que si había llegado hasta ahí, yo accedía a lo que ella quisiera).

Kary, bebe lo último del vaso, ya está bastante alegre, toma sus pequeñas manos, y se dispone a surcar cada centímetro del pecho musculoso y trabajado de Emiliano, antes me da un profundo beso de lengua mientras lo mira a él, como despidiéndose de mí, sabiendo que se lo iba a coger profundamente considerando el tamaño de semejante arma que portaba entre sus piernas.

Sus manos comienzan su recorrido suave y pausado, pellizca con sus dientes muy suave el cuello de aquel semental.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed