-Bueno pero... ¿qué hacemos? Dijiste que ni siquiera una revolución a nivel mundial podría cambiar esta situación de la humanidad.
-Permíteme corregirte. Lo que dije fue... que no habría cómo empezar esa revolución de proporciones globales pues la gran mayoría de las personas está conforme con el sistema. Y están conformes, lo aceptan y lo defienden... porque no saben cómo funciona el sistema. Muy pocos conocen la clase de esclavitud en la cual los poderosos han sumergido a las masas. Para que esa revolución fuera posible tendrían que ampliar significativamente su margen de "Libertad", su margen de acción, y hablo especialmente de ese derecho universal, natural, plasmado en la DUDH y la Constitución Nacional: LIBERTAD DE PENSAMIENTO.
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