Kira y Sam (una historia de amor y sexo) parte 2.
Por sexgirl
Enviado el 18/07/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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DESPUÉS DE 2 AÑOS DE NOVIOS, AMBOS CON 18 AÑOS
Kira y Sam llegaron de la piscina y entraron en la casa de Sam. Estaban solos. Subieron al piso de arriba, a la habitación de Sam.
Ambos tenían la ropa mojada, con los bañadores abajo. Se sentaron en la cama y se pusieron a charlar de temas un tanto insustanciales.
Pero Kira se dio cuenta de que Sam llevaba un largo rato mirándola a los pechos. No a los pechos en sí, sino a la mancha de agua que había en su camiseta.
-Hey, cariño ¿qué pasa? -Le dijo ella con una sonrisa- Mis ojos están aquí arriba.
-Ya lo sé amor, y son preciosos. -Él la besó. -Tengo muchas ganas de... ya sabes, eso.
Ella pareció nerviosa, pero no quería que se le notara. Ella también tenía muchas ganas.
-Yo también amor, ¿qué te parece si...?
Él la tumbó en la cama. Ella sonrió nerviosamente. Se besaron de forma pasional, como nunca antes se habían besado. Tenían muchas ganas de hacerse el amor, consumar sus sentimientos y convertirse en solo una persona.
Él le quitó la camiseta a ella y ella a él, sin dejar de besarse. Ella misma se quitó los pantalones y él mismo se quitó los suyos. Solo tenían ella el bikini y él su bañador.
Siguieron besándose, como solo saben hacerlo dos enamorados, dos jóvenes. Él le quitó la parte superior del bikini a ella. Pareció sorprendido con lo que veía, solo había visto los pechos colagenados del porno, y nunca había visto unos naturales bonitos. Y los de ella eran perfectos. Al no ser excesivamente grandes, aunque con buen tamaño se sostenían erguidos a pesar de estar tumbada. Él los acarició, le empezó a hacer cosquillitas (caricias) por todo el torso y ella se relajaba. Paró varias veces y con la punta de la lengua, rodeaba los pezones, quienes lo agradecían.
Ella le quitó el bañador a él, dejando su pene erecto al desnudo. No quería ser penetrada, quería verlo, saber cómo era, sentirlo rozando su piel.
Él se tumbó encima de ella, aprentando su sexo contra el de Kira, tapado por la parte baja del bikini. Ella besaba el cuello de él mientras Sam besaba y lamía todo el torso de Kira.
Bajó con la lengua hasta llegar al bikini y ayudándose con los dientes se lo quitó. Ella se puso roja, porque no se había depilado ni nada, pero a él no pareció importarle.
Los dos desnudos, tumbados besándose.
Él le comenzó a masajear los pechos y entonces paró en seco.
-Voy a por condones... a ver si veo por alguna parte.
Registró un par de cajones y sacó uno de esos que te regalan en el instituto, en las charlas de sexo.
-No sé como ponérmelos-dijo- ¿me ayudas? -Preguntó con sonrisa pícara.
Ella aceptó sonriendo y lo cogió, él se tumbó y ella se sentó dejando ver el pene de él y se lo colocó muy despacio, para que él obtuviera el máximo placer.
El clítoris de ella estaba ya muy húmedo e hinchado, agradeció la embestida que le ofreció Sam. Los dos botaban de arriba a abajo. A veces se reían, pensando en lo cómico que sería verlo de fuera, pero otras veces gemían y gritaban por puro placer.
Ella al principio se sintió incómoda, con una cosa extraña dentro de su vagina. Sangraba por ahí y le dió bastante asco. Pero cuando su vagina se acopló al sexo de él, todo pareció tranquilizarse. Acabó ella primero y después él y se tumbaron en la cama, exhaustos. Él se quitó el condón y lo dejó en la mesilla. Ambos sonrieron y se abrazaron aún acostados.
-gracias -Dijo él.
-A tí. -Contestó ella.
Continuará
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