Consigue lo mejor
indagando, logrando ser
lo que te hace feliz.
No te quedes atrás.
Eres el camino,
parte de él al menos:
lo que obtengas
te aportará una dosis ingente
de lo fantástico y maravilloso,
aunque no siempre sepas
lo que es.
Trata de ser tú
e involúcrate con los otros,
con quienes te rodean en positivo.
Lo que pese más de la cuenta
y te perjudique
debe quedar atrás, sin consideración.
Has de plantearte un lecho diario,
un lugar donde acudir,
con un grupo de amigos
a los que aportes plenitud.
Ellos, si eliges bien,
te devolverán con creces
los frutos de la vida.
Eres una bendición
para el universo, para el cosmos,
así que no te empeñes en lo contrario.
Despierta los sentimientos más nobles
y alienta a los que no los muestran
para que se descubran.
Todo se transformará a tu alrededor
si imprimes optimismo y libertad
a los que forman tu ecosistema.
Puedes mucho, sin duda,
pero no con todo.
Reclama sostén:
no tengas temor.
El tiempo y la fe,
con energías, con intenciones leales,
todo lo suman.
Sal de las encrucijadas
en cuanto puedas,
sin prisa, sin pausa,
percibiendo que lo bonito
nos aguarda tras la tormenta.
Por cierto, con esta óptica
has de deambular cada aurora,
y, si no tienes claro el momento,
te digo que empieces ya.
Juan Tomás Frutos.
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