Para no dejar lugar a dudas de quién es quién, las llamaré: la hermana X y la hermana Y, como a las matemáticas.
En la mañana de 8 de marzo, se despertaron y siguieron la rutina habitual, preparándose para ir a trabajar. Vivían en pisos separados y tenían, cada de ellas, familia ( marido, hijos, hijas).
La X, que tenía una hija de instituto y trabajaba como maestra de cole.
Llegó al cole y los alumnos la esperaban con flores. Algunos llevaban también un pequeño regalo.
Las alumnas se regalaban flores pequeñas, menos costosas entre ellas, hasta algunos alumnos que tenían ese detalle con algunas de sus compañeras.
Las clases tuvieron el principal tema el día de la mujer: que es madre, esposa, trabajadora.
Cantaron canciones y dijeron poemas de amor filial. A llegar a casa, con un brazo lleno de flores, la esperaban su marido y su hija con flores y regalos.
Tuvieron una cena tranquila en familia.
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La hermana Y, estaba también casada y tenía 2 hijos. Trabajaba en una empresa.
Una bonita sorpresa la esperaba a la puerta de su empresa: el encargado repartía flores a todas las trabajadoras. A la hora de comer cada empleada recibió un trozo de pastel.
Dos horas antes de acabar la jornada laboral, las invitaron a ir para casa, cobrando lo mismo.
Pero la sorpresa más grande la tuvo en familia: su marido había preparado la cena y los hijos les enseñaron (cada uno) el diez que habían sacado en el mismo día.
Y si creáis que he inventado algo, si: los personajes, pero no los hechos.
Estas cosas pasan de verdad en Romania.
Consideramos normal homenajear la mujer un día al año, por todo lo que hace en los demás 364.
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