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CRÓNICA EN DIRECTO
Por Adelina Gimeno Navarro
Enviado el 27/03/2022, clasificado en Reflexiones
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CRÓNICA EN DIRECTO
Dicen que un libro es igual que tener un hijo; cómo, yo tengo tres de esas personitas que te atrapan en cuerpo y alma, y creerlo gente, no es lo mismo. Los seres a los que le das la vida no llegan con una historia debajo del brazo, no, esa la relatan ellos y ellas, a lo largo de su vida, y sin duda de la tuya, sin tener tú que poner una letra.
No tienen, ni tienes que buscar protagonistas porque son propias las escenas y el atrezo en el que transcurren.
Entonces, compañeros y compañeras, no es lo mismo, es una comparación muy aceptada, pero no es de esa forma, queremos a los libros, a nuestros libros, como lo que son, parte nuestra.
Sus argumentos sí surgen de nuestra pluma, somos quienes creamos a Pol o a Irene, para que protagonicen su historia, manipulamos sus pensamientos y acciones a nuestro antojo, hacen lo que en realidad queremos. En una palabra, se comportan como títeres de nuestra pluma, su comportamiento en la mayoría de las ocasiones es el que hubiésemos deseado, que fuese propio o el de nuestros hijos e hijas. Por eso mismo, y valiéndome del beneplácito que tengo de la libertad de opinión, y en esta mi primera crónica en directo.
Os digo que para mí personalmente considero a los libros, y en especial a los propios, los pilares que sostienen a una persona que escribe, a quién expone sus sentimientos en ellos, al ser humano que se desnuda un poco en cada línea con sus palabras, y que arropándose con sus letras se libra de una pulmonía de críticas, ya que ellas, las letras le defienden de todo y son el escudo perfecto.
Para mí, mis letras son mis aliadas y mi séquito, mis guerreras y con las que lucho para no perder la batalla, con mi pasión, escribir.
Adelina Gimeno Navarro
Dicen que un libro es igual que tener un hijo; cómo, yo tengo tres de esas personitas que te atrapan en cuerpo y alma, y creerlo gente, no es lo mismo. Los seres a los que le das la vida no llegan con una historia debajo del brazo, no, esa la relatan ellos y ellas, a lo largo de su vida, y sin duda de la tuya, sin tener tú que poner una letra.
No tienen, ni tienes que buscar protagonistas porque son propias las escenas y el atrezo en el que transcurren.
Entonces, compañeros y compañeras, no es lo mismo, es una comparación muy aceptada, pero no es de esa forma, queremos a los libros, a nuestros libros, como lo que son, parte nuestra.
Sus argumentos sí surgen de nuestra pluma, somos quienes creamos a Pol o a Irene, para que protagonicen su historia, manipulamos sus pensamientos y acciones a nuestro antojo, hacen lo que en realidad queremos. En una palabra, se comportan como títeres de nuestra pluma, su comportamiento en la mayoría de las ocasiones es el que hubiésemos deseado, que fuese propio o el de nuestros hijos e hijas. Por eso mismo, y valiéndome del beneplácito que tengo de la libertad de opinión, y en esta mi primera crónica en directo.
Os digo que para mí personalmente considero a los libros, y en especial a los propios, los pilares que sostienen a una persona que escribe, a quién expone sus sentimientos en ellos, al ser humano que se desnuda un poco en cada línea con sus palabras, y que arropándose con sus letras se libra de una pulmonía de críticas, ya que ellas, las letras le defienden de todo y son el escudo perfecto.
Para mí, mis letras son mis aliadas y mi séquito, mis guerreras y con las que lucho para no perder la batalla, con mi pasión, escribir.
Adelina Gimeno Navarro
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