La Ermita de los Placeres

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
5471 visitas

Marcar como relato favorito

Tomasín era un pianista consagrado.

Pasaba el dia tocando teclas donde podía pues su economía no le permitía adquirir su propio piano.

Era una verdadera lástima,pues el arte de componer se le daba de fábulaPero él,insistía y jamás se daba por vencido.Aprovechaba cualquier evento para ponerse manos a la obra y teclear lo que hiciera falta.

Y fué en una de esas excursiones que hacía,buscando lugares donde podersonar,cuando descubrió una pequeña ermita,perdida en un camino,alejado de la mano de Dios.

Tenía su encanto,pues el tiempo parecía haberse detenido en su interior.

Pero lo que realmente llamó su atención,fué un órgano muy antiguo,que encontró medio escondido a la derecha del altar.

Como era un manitas,en lo que al manejo de instrumentos se refería,Tomasín lo afinó como pudo,le sacó brillo,y lo dejó como nuevo.

Apartir de ese día,acudía dos veces por semana a la ermita y se deleitaba sonando las más bellas sinfonías.Y sí pasaba las horas muertas.

Al cabo del tiempo,Tomasín que seguía con su ritual de visitas al lugar sagrado,se percató de que en esa ocasión,no estaba solo.

Una joven de aspecto dulce y virginal,acudía todos los jueves al lugar.Se dirigía al confesionario,arrodillándose muy seria.Permanecía allí un buen rato,y a continuación,tal como había llegado,se marchaba.

Así semana tras semana.

Al correr del tiempo,Tomasín comenzó a darse cuenta que no era de piedra.

Sueños turbulentos y muy subidos de tono,comenzaron a acosarle todas las noches.

Sobre todo,las mas cercanas al jueves.

La imagen de aquella tierna dama,le provocaban increibles erecciones.

Se despertaba con la verga más tiesa que el mástil de un velero.Le acompañaban sudores frios,y unas punzadas en los testículos,que al rozarlos descubría que los tenía duros como las piedras que hallaba en el camino hacia la ermita.

Y es que todo cuanto le rodeaba,parecía ir a parar a ese lugar sagrado.

La música,los sueños eróticos,la dama virginal.Parecía como si su vida,no significara nada hasta ese instante,y ahora sin darse cuenta,volvia a resurgir de las cenizas.

A partir de ese momento,aparcaría el manejo del instrumento musical,y daría prioridad al carnal.Por que ahora su objetivo,era seducir a la joven misteriosa que cada jueves aparecía como un espejismo en su vida.

Acudió a la ermita,se dirigió al órgano y comenzó a sonar sus melodias favoritas.

Una tras otra,sin parar.

Cuando se acercó la hora aproximada a la llegada de la damisel,Tomasín dejó de sonar,y se dirigió al confesionario.Se sentó en el incómodo taburete que había en su interior,y esperó en silencio.

Pasaron unos minutos,que se le hicieron eternos.

¡No podía más!

El calor húmedo que se respiraba allí dentro se estaba volviendo insoportable.

Cuando ya empezaba a perder toda esperanza de que la dama hiciese su visita habitual,escucho unas pisadas firmes que se aproximaban.

-¡Al fín!

Exclamó mirando hacia arriba,como agradeciéndoselo al cielo..

Unos segundos despué,notó que se arrodillaba sobre la barra de madera,pues la oyó cujir.

-Ave María purísima

-Con pecado concevida.

-¿Cómo qué con pecado?

-Es que la verdad Padre,he cometido pecados muy,muy gordos.

-No me llame Padre.Llámeme Tomasín.

-Verá señor Tomasín.De un tiempo a esta parte,tengo la líbido muy subida.

-¡Ufff...!

-Trabajo como recolectora de hortalizas y como le he dicho antes,pues todos esos tubérculos con formas fálicas me calientan.

-Pero usted...

-Bueno,si se refiere a contacto carnal,pues no...

-O sea,que es virgen.Y,¿Qué hace con dichos tubérculos?

-Recojo nabos,zanahorias,también pepinos.Y luego me los...

-¿Te los qué...?

-Me los froto en mis partes íntimas.Es superior a mi.Intento evitarlo,pero no puedo.

Tomasín empezó a tener visiones.Se imaginaba a la damisela de rodillas,sin bragas.Y mejor no imaginar como se veía a si mismo.

De repente,su pene comenzó a crecer de tal forma,que reventó la bragueta de su usado pantalón,provocando que salieran rodando dos botones.La dama se levantó y corrió a por ellos.

Tomasín no se equivocó en sus fantasías.¡Efectivamente!comprobó que la damisela al agacharse para recoger los botones,no llevaba bragas.

Rapidamente volvió a arrodillarse sobre la madera,y depositó los botones en un rincón.

-¡Grácias joven!

-De nada,señor.

-Y,¿podría saber su nombre?

-Me llamo Pura

-¿Pura?.La que me la pone dura

Penso Tomasín para sus adentros

-En realidad me llamo Merce,pero en el pueblo desde que cumplí quince años me llaman así.A mi me gusta

-A mi también,pero como vengas un par de veces más a contarme tus pecados,te van  tener que volver a cambiar el nombre.

-Por qué?

-Porque en lugar de un nabo,zanahoria o cualquier de esos frutos del campo que te paseas por ahí,te voy a meter una barra de carne suculenta que te va a quitar el hambre por mucho,mucho tiempo

Mientras iba describiendo lo que le iba a hacer,sacó su verga de entre el hueco de la cremallera del pantalón,y se empezó a tocar arriba y abajo.Estaba tan metido en faena que no se dió cuenta y soltó un gemido de placer.

-¿Qué pasa?

Preguntó Pura sobresaltada.

-Estoy tocando la zambomba y me he emocionado con su sonido angelical.

Contestó élmientras con un pañuelo se secaba el capullo,cubierto de líquido pre-seminal.Ella,un poco sorprendida,continuó hablando.

-Pues a mi,me emocionaba mucho más la melodía que desprendian las teclas del piano que hay en aquel rincón.Pero no sé que ha sucedido con el joven que me tenía abrumada con su úsica,hoy no está.

-Así que te abrumaba

-La verdad,al principio venia todos los jueves a oirle,pero desde hace un par de semanas,no me lo saco de la vulva

-¿De la vulva?Querrás decir de la cabeza.

-No,no.He dicho bien.Ultimamente al hacer la recolecta y llegar a casa.Todos esos tubérculos que me froto contra eso,imagino que son él.Tengo sueños tan húmedos en mitad de la noche,que no dudo en bajar a la cocina en busca de un buen naboque llevarme a la vagina

-Y,¿cómo imaginas a ese pianista en la noche?

-Le imagino llamando a mi ventana de madrugada.Vestido perfectamente con su traje negro y su pajarita.Preparado para dar comienzo a su actuación

A Tomasín le cuesta tragar saliva.Ella continúa

-Le abro y él entra.Le espero desnuda,sobre la cama,con las piernas abiertas.El,simula que toca el piano,mientras me acaricia suave y delicadamente el clítoris,como si fuesen las teclas de un piano de cola.Me va metiendo y sacando los dedos acompasadamente,hasta que yo me comprimo como una sinfonía en Do mayor,y acabo corriéndome.

-Y.¿Podría hacer tu sueño realidad?

-Por supuesto.Ven a casa esta noche a las 11 en punto,y yo te abriré la ventana.Procura ser muy puntual.Detesto que llegues tarde a mi cita.

Recalcó Pura varias veces antes de apuntar la dirección y abandonar a posteriori la ermita....CONTINUARÄ


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed