AHORA SOY UNA MUÑECA
Por CARAJITA
Enviado el 29/04/2022, clasificado en Adultos / eróticos
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Me he quedado pendeja de ver la maniquí que Shawn tiene en su estudio, es muy parecida a una mujer real, está hecha de un material flexible. La vaina es que cuando le metí el índice derecho en la pepita se la movió la beza. Me dije a mí misma si Shawn se hace la paja con ese trasto, pero no quise comentar nada sino que hablé con él de otros temas. Cuando observó el examen que yo hice con su maniquí me preguntó si quería un hombre maniquí para tocarle el güevo. No hubo respuesta de mi parte, recordé que él ha hecho análisis muy amplios de dos historias sobre objetos humanizados. Una es Pinocho, un niño de madera que se vuelve humano, y la otra es Frankenstein, un androide capaz de actuar como un humano, puede ser que tenga una Pinocha.
Qué bueno que no soy yo la que sueño con humanizar muñecos porque para eso cuando necesito en pipe lo consigo. Como una semana después estuve con Shawn comiéndonos unos entremeses y hablando mariqueras. Su esposa, Zuikda, se había ausentado de casa con la promesa de regresar en cinco días porque quería seguir mejorando junto con él a la maniquí que los acompañaría en la cama. Le dije, "nojoda Shawn, invitar a una amante sale más económico". Pero aun así me ofrecía a colaborar en lo que pudiera, entenderse es que lo que el carajo más necesita de mí es cogerme y tocarme el coño para inspirarse en su muñeca, en su pepita de plástico flexible. Hasta le puso a la maniquí mi Nombre, Gheeta Burt, eso me hizo sentir importante porque en cierta forma representaba el desplazamiento de su esposa dándome su lugar.
No sabría decir si hay una carajita gemela de la maniquí, que es lo que me conviene pensar, o qué vaina fue lo que pasó, pero cuando fui a visitar a Shawn a su estudio, me recibió su hija Malkia quien me dijo, "papi está cogiéndose a Gheeta antes que llegue mami". En efecto Shawn estaba en un colchón con una carajita muy bella y con el mismo cuerpo de la muñeca. No puede estarse cogiendo a un objeto porque los objetos no saben moverse ni tienen voz propia, la que estaba en el colchón estaba diciendo exactamente lo que digo yo cuando estoy cogiendo con algún carajo. La oí decir claramente, "ssshhhiii, quér verga tan arrecha tienes, me estás jodiendo gran carajo... aaayyy... aaaiiishhh nojodaaa..." Pensé, o lo estoy imaginando o alguna vaina está pasando, esa tiene mi nombre y también mis gemidos.
Shawn se la cogió, la levantó del colchón y la apoyó de la pared, yo miré un momento a mi amigo mientras se vestía y la carajita le lamía la verga. Traté de tocar otra vez la pepita de la carajita a ver si es una persona o un objeto, pero tuve que salir un momento del estudio junto con él. Cuando entramos ella estaba en su lugar de siempre, ya no podía comprobar nada con tocarla. Me dijo algo que me pareció absurdo, la muñeca tiene la propiedad de hacer que a él la leche se le ponga más espesa y con olor a licor. Le dije que sí con pajearse con la pepita de una carajita de plástico eso ocurría entonces con una mujer debía expulsar coctel en vez de leche. Desplegó una sonrisa cuando me oyó, síntoma de gustarle mi reacción.
Entre habladeras de mariqueras y toda clase de vaina pasé con él a su estudio, y ahí con unos trucos masculinos me hizo acostarme en el colchón junto con él, después de decirla a la carajita artificial que no se pusiera celosa. La verdad es que el güevo le olía a licor, pero pudo ser que se lo mojó de licor. La vaina más jodida es que mientras me miraba y me tocaba el orificio del culo yo me ponía rígida, parecía que esa verga me estaba poniendo piel de plástico, pero eso también es parte del ilusionismo. Lo que sí que una vez que esa verga entró todita en mi coño, pasé como a un éxtasis tal que yo era yo, no tenía noción de dónde estaba ni por qué, me había vuelto un objeto de su capricho con ese pipe tan bello.
–– Shawn ahora dame verga hasta que me conviertas en una maniquí a mi también... métemela nojoda... aaaiiissshh, que bello dolor... ¡¡¡aaaiiissshhh gran carajo...!!! ¡¡¡jódeme...!!! ¡¡¡jódeme mmmaaassshhh...!!! ¡¡¡aaayyy mmmaaassshhh...!!!
–– No sabía que eras una puta tan pendeja Geetha, a mi tu pepita no me hace sentir nada... te cojo para que me digas que sientes tú...
–– Sí, gran carajo, métemela bien arrecha, como tu puta que soy... cógeme con todas tus ganas... aaassshhhiii... ¡¡¡aaahhhjjj...!!! ¡¡¡aaahhhjjj nojoda!!! ¡¡¡aaayyy... aaaissshhh... qué güevo tan arrecho...!!!
–– Todavía sigo sin sentir nada carajita, esa pepita tuya es seca, la verga se me estropea para nada.
–– Estropéame tu a mí el coño... quiero más fuerza... como un cabrón que eres, ssshhhiii... aaahhhjjj, mmmaaasshhh... jódeme bien jodida con tu pipe... ¡¡¡con tu pipe nojoda...!!!
–– Me gusta lo que dices carajita, tu coño no me ha hecho sentir nada pero dices buenas pendejadas.
Después de la cogida, le toqué el culo y la pepita a la maniquí, y estaba caliente. Con el dedo me saqué algo de la leche que Shawn me puso en la pepita y la puse en la pepita de ella, pero no pasaba nada. Hasta que él frotó su glande por esa cuca artificial y me pidió que lo lamiera, y de verdad que olía a whiskey y brotaba una crema espesa que me puso en las tetas. Eso produjo una risa de mi parte y una sonrisa en los labios de la carajita de goma. Él me dijo que posiblemente yo sería el hada que le daría vida a Pinocha, la maniquí que tenía mi mismo nombre. Le dije que me terminara de decir que fue lo pasó cuando llegué, a quién se estaba cogiendo, contestó que a una amiga muy especial.
Se trataba de la que le había proporcionado las fotos para él hacer la maniquí. Llegó Zunika que ya sabía que su marido y yo habíamos tenido una cogida, me dijo en forma amigable y efusiva que me necesita por varias razones, no había problema si Shawn me volvía a dar una racioncita de su güevo porque así habría más familidaridad. Entre los tres, Shawn, Zunika y yo logramos que la maniquí tuviera ciertos movimientos, algo así como un robot que hasta había que vestirla porque desnuda emitía sonidos de protesta. No era un androide como la de la novela de Frankenstein ni hablaba como el muñequito del cuento de Pinocho. Pero sí tenía movimientos bien lindos cuando le tocábamos el culo, las tetas o la pepita. Lo que sí es que también, así como era de limitada Shawn la ponía en su cama.
A mí lo que más me gustó fue que él me cogiera varias veces mientras Zunika se retorcía de vernos y de oírnos.
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