Tsering Murup subía la montaña de camino a la "Torre del Silencio". Cargaba con el cuerpo de su mujer envuelto en una mortaja. Había fallecido tres días atrás.
El Lama había venido a su casa y se hicieron todos los ritos funerarios. Ya sólo quedaba el rito del "Funeral Celeste".
Cuando llegó a la cima el sacerdote rogyapa señaló la losa de piedra gris cubierta de sangre y restos de huesos y carne.
Tsering se dirigió al altar y depositó el cadáver de su mujer en la piedra. Se apartó a una distancia prudencial y el sacerdote comenzó su trabajo.
Corto el cuerpo en canal y extrajo el corazón. Un buitre de grandes dimensiones alzó el vuelo y descendió desde la cresta de la roca. Sabía que aquello le correspondía a él. Clavó el pico en el corazón y ascendió. El resto de los buitres arrancaron grandes trozos de carne elevándose hacia el cielo.
Cuando ya sólo quedaban los huesos, el sacerdote los machacó y los mezcló con harina y agua haciendo bolas para que aquellos grandes carroñeros terminarán el trabajo.
Tsering bajo la montaña triste pero contento de que los buitres hubieran aceptado la carne de su mujer. El ritual "celeste" fue un éxito. Solo cuando las aves terminan de comer, se considera que el alma ha ascendido a los cielos.
Habría sido un mal presagio que las aves no comieran su carne.
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