Él estaba dormido y yo estaba viendo una película porno. No podía más, necesitaba hacer el amor. ¿Por qué no? ¿Se despertaría?
Estaba tumbado en la cama con el pijama, durmiendo. Yo me acerqué a él y le saqué el pene. Empecé a lamerlo, a chuparlo, contrayendo mi boca. Me di cuenta de que él se despertó, pero se hizo el dormido. Seguí chupando, mamando. Toda su polla en mi boca, mientras le acariciaba los huevos.
Cuando su pene ya estaba erguido, me subí encima de él. Saltaba para darme más placer, a lo que él me tocó. Presionó mi clítoris haciéndome gemir, me giré y le ví, estaba despierto recostado en el cabezal de la cama. Me encantaba, le había despertado, pero tenía tanto placer...
Acabamos los dos a la vez, y noté como su semen me recorría por dentro.
-Buenas noches -le dije.
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