Plantamos el mejor
de unos sueños
que adquieren la dimensión alada
en la espera más cordial.
Vamos llegando con serenidad.
Nos mostramos con calma.
Hemos superado vicisitudes
y nos hospedamos en los hechos
que bendicen las propuestas
que nos circundan.
Nos ubicamos
en los espacios más creíbles
y confiamos en el presente.
Nos marcamos
con besos y abrazos.
Nos ilusionamos.
Vencemos los misterios
y las incógnitas de dolor
que otros nos venden.
Todo marchará.
Nos alcanzaremos con coraje.
Lucharemos sin violencia.
Nos besaremos.
Progresaremos.
El cariño del corazón, el sincero,
funciona de verdad
cuando lo usamos para lo bueno.
Sin prisa llegaremos.
Lo importante es que no estamos solos.
Nos nombramos.
Volvemos al punto.
Y ahí nos quedaremos.
Juan Tomás Frutos.
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