CUMULO DE CIRCUNSTANCIAS
Por Jesús de Juana
Enviado el 23/05/2022, clasificado en Adultos / eróticos
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A veces se juntan todos los males a la vez y si hay posibilidad de que se sume alguno más, seguro que ocurre.
Había discutido con mi novio hacía cuatro días en plena época de exámenes. Mis padres no paraban de llamarme para decirme lo cabrón que es el otro y lo que le hace, vamos que se van a separar. Había suspendido el último examen de física y tenía la recuperación al día siguiente. Todo unido a que había pasado la noche en vela estudiando para el examen de esa mañana.
Acabábamos de comer Ana, mi compañera de piso, y yo. Nos sentamos en el salón a tomar café y sin darme cuenta me quede dormida en el sofá con la cabeza sobre sus muslos, mientras ella me acariciaba el pelo y un hombro.
Soñé que estaba enrollada con un tío del que no recuerdo ni la cara y estaba cachonda. Abrí los ojos al notar cosquillas y humedad en un cachete del culo y me incorporé de golpe al ser consciente de la situación. La humedad era de la lengua de Raúl, el novio de Ana, que me subido el pantalón corto del pijama hacia arriba. También noté humedad en los dedos de la mano. Joder, los tenía dentro de la vagina de Ana.
Miré a ambos de forma interrogadora y ella me contó que me había quedado dormida y la había metido la mano entre los muslos, le había acariciado el pubis y no había parado hasta encontrarle el clítoris para masajeárselo. Al llegar Raúl, ante la visión que dábamos las dos, le dijo a Ana que la iba a ayudar a hacerme disfrutar y se había propuesto comerme el culo.
Les dije que perdonaran porque no había sido consciente de lo ocurrido. Ana me dijo que estaba sometida a demasiado estrés últimamente y sin sexo que me relajara, desde que había roto con Manolo. Él siempre era mi remedio en época de exámenes y me hacía tener sexo todos los días. Era como mi terapeuta.
Raúl me dijo que Ana le había contado mi situación y que ellos se prestaban a darme una buena sesión de relax antes de que me acostara un rato en la cama para reponerme. Mire a Ana y asintió con la cabeza. Estaba cachonda perdida por mis toqueteos entre sus piernas. Nunca antes habíamos tenido nada de nada, sexualmente hablando, entre nosotras. Aunque, evidentemente, si hablábamos de nuestras preferencias sexuales y nos contábamos los polvos que echábamos, cuando habían merecido la pena. Es más, yo nunca había tenido sexo con una mujer.
Devolví mi mano al sexo de Ana y ella se acomodó recostándose sobre el reposabrazos al tiempo que se abría de piernas. Ahora el acceso era diáfano y me permitía disfrutar de su pubis a placer. Le metí dos dedos y luego se los di a chupar, le encantó y me pidió más. Una de las veces me sujetó la mano y me dirigió los dedos a mi boca. Me encantó el sabor y me excitó el morbo de lo que había hecho.
Raúl me colocó de rodillas en el sofá para poder manipularme desde atrás y mi cara quedó delante del pubis de Ana que me cogió la cabeza con las manos y me la aplastó contra su coño. Empecé a comérmelo literalmente, era el primero de mi vida y estaba deseando disfrutarlo.
Noté la lengua de Raúl entre las nalgas presionando para metérmela y yo inconscientemente presionaba los músculos y no le dejaba entrar. Me dio dos azotes al tiempo que me metía varios dedos en la vagina y fue mano se santo. Me abrí como una flor cuando sale el sol y noté como me invadía por detrás. Estaba a punto de correrme.
Noté una humedad distinta en el coño de Ana y enseguida intuí lo que era porque me lo había contado muchas veces. Cuando se excitaba mucho y se corría, a veces se le escapaba un poco de pis. También me había contado que a Raúl le encantaba chuparme en esas ocasiones. En ese preciso momento Raúl me pellizco el clítoris al tiempo que me metía la lengua hasta dentro y me corrí disfrutando de los sabores de Ana que también se había corrido.
Noté algo rígido que se deslizaba dentro del coño llenándome, era la polla de Raúl me la había metido y ya estaba bombeándome. Cada dos o tres empellones me la sacaba para que se la chupáramos, unas veces Ana otras yo. Ella era capaz de metérsela entera y yo lo intenté, pero me dieron arcadas y desistí.
Me coloqué de rodillas en el suelo con las piernas abiertas y Ana se tumbó justo debajo para poder chuparme. Raúl se puso detrás de mí y me pidió permiso para metérmela por el culo. Acepté rogándole que fuera con cuidado. La primera vez fue comedido. A la segunda me la ensartó de una sola estocada y empezó a follármelo a lo bestia. El orgasmo fue brutal, era la primera vez que me ocurría siendo penetrada por detrás.
Ana empezó a besarme al tiempo que Raúl nos ponía la polla delante de la cara y se la cascaba. Era verdadera pasión lo que sentí al comerme la boca con tantos sabores mezclados.
Raúl nos interrumpió poniéndonos la polla entre nuestros besos. Nos aplicamos las dos con la lengua sobre el capullo y al correrse nos disputamos su semen, a ver quién era capaz de acaparar más. Estábamos las dos de nuevo al borde del orgasmo y Raúl se ocupó de que lo consiguiéramos.
Agotada me di una ducha de agua caliente y me metí en la cama. No recuerdo nada más hasta las nueve de la tarde que me desperté y me puse a estudiar de nuevo. Eso sí, relajada.
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