Sobre aquellos no ganadores que quizás merecieron ganar

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No quiero hacer una exhortación a los pobres y a los perdedores, ni tampoco asociar los unos con los otros. Si aquel que me lee tiene cierto nivel educativo, o por lo menos tiende a consultar canales de TV e información que le permita culturizarse en temas de interés histórico y científico, sabrá que personajes como Faraday demuestran que el impedimento de brillar en una faceta, llámese la monetaria, no va unida al impedimento de brillo en otra, en su caso la espiritual o mental. Y si se me reprocha que mezcle lo espiritual con lo mental porque realmente todo lo que hay es materia, bueno sí, quizás no haya espíritu, pero es mi forma de escribir poética para tratar de imprimir cierto sentimiento al escrito y no hacerlo tan agreste.

 

En todo caso, como ya dije, no quier que esta reflexión sea un cliché. Una repetición sin sentido, que sea solo eco de lo ya escrito. Ni mucho menos quiero que esto sea una invitación a ser un incompetente y a despreciar su carga autoimpuesta. De lo que se trata es de no volvernos locos. Y con esta locura quiero decir llegar a cometer actos de los cuales nos arrepintamos en demasía.

 

Si hay algo que me gusta d esta página es que nos permite explayarnos hasta cierto punto con el uso del lenguaje, y eso es bueno. Bueno en qué sentido. En el sentido que nos permite explicar las cosas con las palabras que consideremos adecuadas. No se limita a análisis escuetos e infantilizados. Y permite el sano discurrir de las palabras.

Considero que cualquier se ha dado cuenta a cierta edad de lo inútil que eran sus gritos frente al televisor para ovacionar a su equipo favorito, pero no por ello dejó de hacerlo. Se dará cuenta que en su juventud trató de forma espantosa. Se dará cuenta , pues, que hay ciertos patrones que todos compartimos, y no quiero con esto que se me acuse tampoco de comunismo. De hecho no tengo ningún temor al decir que al hacer un test político me salió centralismo. Y es que acaso no es la postura más lógica. En los extremos nunca está la razón. Con esto quiero decir que no soy un defensor a extremo de las empresas sin que estas consideren a sus trabajadores, pero tampoco soy un que cree que el Estado debe ocuparse de todo, porque es sencillamente imposible.

 

Llámese un moderado que reconoce tanto lo público como lo privado, sin ser tampoco un outsider, pero sin tampoco estar inscrito en algo propiamente político. Quizás solo soy un opinador y estas opiniones deben tomarse como un grano de sal. Y es que acaso no somos solo esos, granos de sal en este vasto universo, atrapados en este pequeño planeta al que parecemos estar condenados, donde quizás nunca visitemos cada uno de sus rincones ni falta nos hace. Y donde si recorriéramos cada uno de los rincones nos aburriríamos acaso. Supongo que alguien con los suficientes recursos y tiempo para hacerlo se daría cuenta de la pequeñez del mundo y desearía expandirse, quizás el próximo paso de la humanidad.

 

Me gusta llevar un diario de pensamientos, no anoto todo lo que pienso, pero sí algunas cosas. Y he notado el clarísimo patrón de actividad demandante, estrés crónico y alteración, desesperación, etc. Y finalmente el llevar a cabo una actividad de mala gana por estar pensando en resolver la actividad demandante primero. Pero ya que lo he reconocido considero oportuno tomar otra vía de acción. No estresarse tanto y pensar en por qué estoy llevando a cabo esta actividad de mala gana solo porque tengo otra que hacer. Darse la pausa necesaria y no agobiarse. Esto del patrón de pensamientos puede resultar útil a todos. Y bueno, quizás si se es obsesivo no parezcan pensamientos aleatorios sino que se lleguen a identificar hasta emociones y otras cosas que se repiten, pero la verdad tampoco es que me lo haya tomado al pie de la letra. Es más como un método que trato de adaptar según vayan surgiendo estos pensamientos. Pero sí puede ser útil. Sobretodo para identificar estos patrones dañinos y quizás irracionales.

 

 

Y por qué estoy llevando a cabo este proceso fastidioso de identificar y reparar en mis pensamientos. Pues porque me ha resultado hasta cierto punto esclarecedor. Pensar sobre lo que uno piensa es una especie de meta análisis. Uno se da cuenta de sus motivaciones y de si está teniendo pensamientos positivos o negativos. Tampoco quiero con esto eliminar todos aquellos pensamientos negativos, pero sí esclarecer su origen y ver si esto es válido o no.

 

Trato de tomar todos los consejos posibles que me sean de utilidad, doy por sentado que la mayoría lo hacemos, después de todo el refrán dice que el que toma consejo llega a viejo, pero no se trata solo de seguirlo porque es la tradición. De hecho lo que trato de hacer es adoptar una postura filosófica de las cosas. Y con esto no quiero que se me vea como aquel flojo que no hace nada, sino que pienso para después hacer de forma adecuada. Lo que uno no quiere es verse movido como un hámster sobre una rueda. Sino que disponer antes la rueda para que camine y no esté uno moviéndose sobre la rueda y esta permanezca estática, de eso último se trata.

 

Volviendo al tema inicial. No quiero defender a los perdedores. Pero si quiero resaltar que muchas veces aquellas personas que lo intentaron y no lo lograron en ocasiones tenían más mérito que aquellos que sí lo lograron por la simple osadía, o por tener mejores oportunidades. Y es esto malo o bueno, no, simplemente es. Y eso mismo le pasó a Melville, escritor que a mi modo de ver es genial. Una obra cargada de significado. Pero que por su forma de escribir pasó desapercibido. Es terrible. Pero es que acaso podía escribir todos estos temas profundos pero no podía darse cuenta de los aires que corrían en su tiempo. Yo considero que no, más bien es que él quería llegar a lo universal. Y así es como es visto hoy en día, una de las grandes obras de la literatura universal.

 

A manera de conclusión. Ciertas sociedades son más competitivas que otras, eso está claro. Y desde el principio de los tiempos hemos sido así, desde hace cuánto no hacemos juegos olímpicos. Pero también considero que aquellos Faraday y Melville de la historia son personajes singulares y curiosos que deben ser tomados en cuenta y revalorizados. Quizás me desvié bastante de tema principal, pero espero que estas palabras sean entendidas de la mejor manera posible. Que a fin de cuentas lo que uno quiere es darse a entender, no hacer abstrusos sus pensamientos. Y con esto quiero decir que no debamos complicar las cosas, no. Las cosas son complejísimas, cualquiera que haya pasado por una universidad lo sabe. Pero no por ello debemos olvidarnos de que a veces no conviene hacer las cosas complicadas cuando pueden ser simples.

 

O mejor dicho, evaluar si acaso vale la pena complicarlo, no todas las cosas merecen esa complicación.


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