Denunciar relato
Que de sorpresa no tenga que inventar una
excusa para una torpeza tapar.
Que mi mirada no esquive por duro que sea, lo
que al andar se presenta pudientdo ayudar.
Que mis pensares se aparten de toda desconfianza
sin certezas, que luego los labios repitan
como ciertas.
Que cuente diez veces ante grande agresión,
para evitar responder en el mismo tenor.
Que quiera, aunque no pueda, dispuesta a la
ayuda estar, vale tan solo una palabra dar.
Que limpie mi mente de espinas, de cizañas
el corazón perdonando, desbloqueando
mal ligada relación.
...
Humanos seres somos, imperfectos
demandantes; vale cada tanto la pena
al espejo poder mirarse...
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