El Hombre Revertido

No hace mucho tiempo mi vida cambió radicalmente. Tuve un accidente con una combinación de productos químicos y desde entonces mi cuerpo empezó a comportarse de manera extraña.

Tenía en aquél entonces ochenta y cuatro años y mis células comenzaron a rejuvenecer de tal manera, que la gente empezó a sospechar que pasaba algo. Me decían si me había hecho algún retoque estético. Mis arrugas alrededor de los ojos y mi piel sobrante de la garganta  desaparecieron. El pelo volvía a crecer.

Medité profundamente que podía hacer, habían pasado seis meses y el cambio en mi cuerpo era evidente. No podía quedarme en mi casa, así que la vendí y me fui a otros lugares dónde pasaría desapercibido.

Pero no podía quedarme más de un año en algún lugar ya que en ese tiempo rejuvenecía unos cinco años. Pasé rápidamente por las décadas  de mi cuerpo sin poder conocer a nadie por más de dos meses. No tenía relaciones. Trabajaba de incógnito y siempre en el mercado negro. 

Mi conciencia se incrementaba a medida que mi aspecto cambiaba. No tenía ni idea a dónde llegaría esta jodida reversión, si pararía en algún momento o me conduciría hasta el final.

La incertidumbre es peor que el momento de la muerte. No puedes imaginar como será tú cuerpo ni tú conciencia ni a dónde llegará la reversión. Quizás tengan que cambiarme los pañales antes de meterme en el ataúd.

Ya casi no me queda tiempo. Ya no puedo trabajar. He sobrevivido los últimos dos años a base de robar. La policía hace tiempo que me busca, pero mi transformación les confunde. Ahora estoy escondido escribiendo mi experiencia, pero cada vez me resulta más difícil.

Tengo el aspecto de un niño de doce años y me he cansado de huir.