COMPRAS DE RIGOR

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Ese día fui a Velod, una zona donde hay muchos centros comerciales uno de los cuales es el lugar favorito de mi hija Nalub junto con su novio Sotel. Es el Ladek, un amplio y plácido lugar en el que las mujeres jóvenes vamos vestidas con exiguos atuendos, yo algunas veces me quito la cota para que se me vean las tetas redondas de tamaño mediano. El detalle fue que cuando entré al edificio Nalub estaba sentada en una butaca de visitas, Sotel estaba de pie al lado de ella y cundo me vio caminó hasta donde yo estaba para regalarme un saludo largo y cerrado, tanto que su güevo quedó apretado sobre mi pepita bien parado nojoda. Me gusta tanto que el novio de mi hija quiera cogerme, no sé si ella siente celos de él con respecto a mí, pero lo sospecho.

Mientras el carajito me besaba y me pasaba las manos por todas partes, una vecina que me conoce dijo, "sería tan especial si el carajo que se coge a mi hija también me cogiera a mí". Un buen rato después, como de dos horas aproximadamente se nos acercó Nalub para decirnos que ya ella había terminado de comprar así que podíamos ir a otro lugar, eso me pareció una buena idea excepto porque yo todavía no había entrado, en todo ese tiempo todavía estaba con mi yerno, tocándonos con calcinantes ganas darnos una cogida ahí donde todos nos estaban viendo. Me dijo, "señora Gimec, su pepita es más bella que la de su hija", le contesté, "claro que es más bella carajito, yo la parí a ella, tu güevo también es muy lindo, Sotel", abrí la cremallera de su pantalón y se lo toqué.

Un carajo de edad, como así le decimos aquí a los viejos, se sentó a lado de Nalub, aparte de hablar también le puso la mano sobre la pierna, pero yo estaba ocupada con mi carajito y él conmigo, si él se cogía a Nalub era porque ella estaba de acuerdo. La vaina fue que a mí, mi yerno me desabrochó el pantaloncito translúcido que yo tenía puesto, no llevé bragas ese día así que lo poco de mis piernas y mi culo que me cubría la prenda quedó al aire. Ya Sotel tenía el pipe fuera del pantalón, no nos quedaba más que hacer sino que la verga de mi carajito ingresara en mi cuca, lo hizo con fuerza y velocidad, su abdomen y el mío quedaron bien pegados, yo abrí la boca lo más que pude, me estaba quedando completamente sin aire.

— ... Aaayyy nojoda carajito tienes demasidad fuerza... aaahhhjjj, aaahhhjjj... ¡¡¡aaaiiissshhh... tan furte no que me...!!! ¡¡¡aaayyy mi pepita...!!!
— No sea tan pendeja señora Gimec que usted necesita una verga buena que le de bien en ese coño, se ve usted bien linda cuando grita de dolor... aaassshhhii, aaassshhhiii, ssshhhiii... así me gusta verla bien asustadita...
— Es que tu pipe me está asfixiando, dame con cuidadao carajito, es que tengo en la... ¡¡¡... aaayyy, aaaiiissshhh nojoda... me duele la pepita, la pepitaaa...!!!
— Aguante un poco más señora bella que mi güevo no la va a matar, entre más grita usted más arrecho se me pone el pipe... siga así, aaassshhhii, aaassshhhiii...
— Dame güevo carajito, lo tienes muy fuerte pero dame, dame más, mmmaaasshhh, mmmaaassshh... aaahhhjjj, ssshhhii...
— Su coño es lo más bello que me ha tocado probar señora Gimec.
— Nunca antes me habían cogido así.

Yo estaba desnuda completamente, sudada y oscilando con la respiración, Sotel lo único que tenía fuera era el güevo, los dos parados cerca de la entrada donde mucha gente estaba atenta a lo que hacíamos, tanto dentro del edificio como en la parte de afuera. Algunos que me conocían me decían, "no sabía que cogías tan bien y en plena calle Gimec". Después el me ayudó a vestirme, es decir, si le puede decir vestimenta a lo que tenía puesto, Nalub también me dijo, "qué lindo es verte coger con Sotel, mami". De ahí salimos dándonos besos y bien abrazaditos. El carajo que estaba con Nalub tuvo que irse sin ver la función, toda yo había quedado sin equilibrio por lo que Nalub y Sotel tenían que aguantarme al salir de Ladek, qué tarde y noche tan singulares, coger en público con mi yerno.

La verdad es que quedé viuda cuando Nalub todavía era una carajita de cuna, desde entonces he conocido varios carajos que tiran muy bien, pero el novio de mi hija es tan especial, me coge más a mí que a ella, en ocasiones cuando se la coge a ella me coge a mí también. Son muy pocas las veces que hemos cogido en público, esa vez que estuvimos en Ladek fue una de las mejores, también han habido momentos en los que muy temprano en la mañana cuando se está preparando para ir a sus labores, la puerta de la sala está abierta, yo le mamo el güevo para que todos los que pasan por ahí vean. Hace unos días se estaba cogiendo a Nalub y yo me acosté del lado de él de forma que pudiera cogerla y lamerme a mí la pepita.

— Sé que papi murió cuando yo era una carajita muy chiquita pero dime si te cogió bastante.
— Para el poco tiempo que duró a mi lado sí, hicimos varias cogidas bien fenomenales, se me fue tristemente dejándonos solas.
— Es que Sotel te coge y también a mí y me parece que cuando me coge como que fuera una cogida paternal y no la de un novio.
— Son mariqueras tuyas, Nalub, mi pepita es una y la tuya es otra, si nos coge el mismo carajito eso no es para que nos sintamos mal. Dime tú ahora si cuando me coge te sientes celosa.
— No tanto como celosa, sino que me parece que si yo soy la novia debo gustarle más, pero prefiere tu coño.
— Nos hace felices a las dos con su pipe, me contenta mucho tener un yerno tan apuesto, como es Sotel.

Después de esa conversa nos compenetramos mucho, tanto que yo le frotaba el güevo a Sotel para que se le parara y se cogiera a Nalub, o él frotaba su verga con la pepita de ella antes de cogerme a mí. Hasta teníamos que jugar con una moneda para determinar si primero le daba pipe a ella y después a mí o viceversa, la que quedara de segunda le daba una lamida de pipe antes de que se cogiera la que le tocaba el turno. Todavía recuerdo que me dijo, "señora Gimec, debería casarme con usted", yo le contesté, "como yerno me gustas más que como marido, carajito". Por su parte Nalub agregó, "si te casas con mi mamá yo pasaría a ser la hijastra que tiene el padrastro más joven". Todo para decir que en casa tenemos un carajito que nos vuelve locas.

Gracias a que en un centro comercial nos permitieron demostrarnos cuanto nos necesitamos, y lo que es poder ir más allá de lo que digan las normas públicas.


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