¿CAMBIO DE MENTALIDAD?

He recibido la noticia de que hay una familia cuya madre está aquejada de una enfermedad irreversible. Sin embargo el único hijo de esta mujer pasa olímpicamente de ella, porque él "vive su vida" de un modo de lo más egoísta que se pueda imaginar. Parece ser que la independencia de un sujeto se confunde con la apatía anímica del mismo, la cual está por encima del factor humano en sí y sobre todo está alejada del sentido de la ética, que para muchos son músicas celestiales perteneciente da otro mundo, y es fruto de un autoritarismo desfasado. Creo que asimismo este giro nihilista tan radical en las relaciones familiares; de los hijos respecto a sus padres, está muy determinado por la revolución tecnológica; hay un antes y un después. Pues muchos hijos consideran a sus padres que vienen de un tiempo oscuro, por lo que no están dispuestos a hacerles caso en nada, hasta tal punto que cuando se emancipan de su nido familiar dejan de relacionarse con quienes les han dado la vida, por lo que muchos de éstos buscan la manera legal para deseheredarlos de sus bienes cuando llegue el momento.

Ya se sabe que en la actualidad no existe en una familia la dependencia moral de los más jóvenes hacia el padre que un ayer gozaba de una autoridad indiscutible; y es más hay padres que sacrifican su saber, su experiencia vital elaborada durante muchas décadas para asumir los dogmas por disparatados que sean de sus vástagos. Si antes se idoloteaba al señor mayor de un grupo del que emanaba una autoridad indiscutible, hoy en día se enaltece con la misma ceguera anímica de siempre al hijo de la casa y no se le enseña a valorar ni a discernir el bien del mal. De esta nefasta postura ha surgido el síndrome del "emperador", en el que los padres de un niño no corrigen los errores propios de la edad del mismo, por lo que el pequeño y posteriormente el joven se convierte en un tirano que es capaz de agredir a sus progenitores.

Evidentemente si el hijo de esta madre enferma se olvida de ella es porque desde un principio su padre que estaba sujeto a un temor reverencial del abuelo, el cual era a su vez un reflejo del autoritario poder político de su época, cuando éste desapareció, sobrevino el "todo vale"; la relajación total de las costumbres y prevalece la ley del más fuerte. Pues en todo momento hay una respuesta explícita o tácita de una manera inconsciente hacia las doctrinas que se imparten desde el poder, sea para asumirla o para rechazarla tomando el camino contrario.

 Por eso mismo, el prognitor de este hijo indiferente cuando él era pequeño su padre apenas le prestó la debida atención, y es posible que ahora dicho sujeto reaccione de igual manera hacia su madre. Se podría argumentar que este hijo es lo suficientemente mayor de edad como para poder reflexionar sobre la situación de su madre. ¿Pero de verdad se practica la reflexión cuando se vive instalado en una idiosincrasia infantil y sólo se valora a la emoción pasional del momento? Yo creo que no y así nos va.

Se responsabiliza completamente a los padres de esta mala educación. Sin embargo siempre se ha sabido que muchos hijos de buenas familias que han recibido una excelente educación, debido a su vulnerabilidad y a su personalidad poco formada, han degenerado en su comportmiento a causa de la influencia de las malas compañías. En efecto. Muchas de estas malas compañias que suelen ser personajes seductores, tras su aparente simpatía se puede esconder un infierno.

Pienso que para abordar los problemas de los hijos, hay que olvidarse de eufemismos que difuminan, que relativizan la situación, los cuales no tienen nada que ver con un cambio de mentalidad, sino con el vacío existencial y la desidia mental.

                                                             FRANCESC MIRALLES