Ambos estábamos gordos pero éramos felices así. Nunca nos había gustado la gente que criticaba nuestro estilo de vida. La verdad es que pocos podían imaginar verdaderamente lo bien que la pasábamos. Teníamos sexo todas las noches, nos revolcábamos como dos bestias y después pedíamos comida y bebida y dormíamos como dos bebés felices y contentos. Por eso me sorprendió su suicidio, tan imprevisto e irrazonable. Yo nunca le creí a la policía y esta cerró el caso antes de si quiera investigar bien. Yo estaba segura que alguien lo había hecho daño, pero no podía saber quién. Pasó un día que él había decidido no ir al trabajo porque se encontraba cansado. Al regresar, en el anochecer, encontré su cuerpo boca arriba sobre la cama. Pensé primero en un paro cardiaco, pero luego descarté esa posibilidad porque a pesar de nuestros pesos, ninguno había sufrido jamás de problemas con el corazón. Pensé que en el trabajo podrían haberlo envenenado, pues, hubo un lonche para celebrar el cumpleaños del director y me parecía demasiada coincidencia. Alguien seguro habría querido quitarle su puesto, que a pesar de que no ser la gran cosa, era perfecto para quien quisiera tener una vida tranquila y cómoda. ¿Suicidio, infarto? Imposible, habría tenido que ser un asesinato. ¿Pero que otros datos tenía aparte de eso? Nada, en el velorio tampoco había podido averiguar nada. Había visto a sus compañeros de siempre: Tina, Raúl, Breto y Juan. Pudo haber sido cualquiera. A Tina no la conocía bien, era guapa y parecía una mujer decente. Rául era un hombre básico como tantos, de los que hablaban todo el tiempo de fútbol y bebía cerveza. Breto tan solo era un idiota que no sabía hacer nada, y aparte parecía amar a su madre. Y Juan, pues Juan era su amigo y poco se podía dudar de él, ¿no? Sin embargo, sabemos que los sicópatas son buenos engañando a la gente; teniendo en cuenta eso, podía ser cualquiera. Nunca podré saberlo, y el dolor de esa idea me sigue atormentando hasta ahora. Y aunque la policía y los médicos aseguren que fue un suicidio, que se ahorcó con sus propias manos, yo no les creo. Sé que Juan fue el sucesor de mi esposo en el trabajo, incluso he oído de las malas lenguas que ha empezado un romace con Tina, ¿pero habrá sido Juan? Puede también que el plan le pudo haber salido fallado a otro.
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