Para un Gran León

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No sé cómo empezar, es difícil traducir todo lo que siento en estos momentos. Quizás por el miedo al rechazo o porque ya no te importen tanto mis palabras como lo hacía no mucho tiempo atrás…

Me he puesto a oir una canción que me trae todos los recuerdos que grabé mientras estaba junto a ti, me inspira como lo solías hacer tu, mi musa.

He tenido una revelación y creo que si no te lo digo, si no expulso lo que pienso y siento de mi cuerpo y mente jamás volveré a ser feliz completamente, por eso me he decido a ser valiente y aunque no obtenga ninguna respuesta lo escribiré aquí, en cortorelatos.com, simulando que lo grito al viento desde un lugar que me puedas oír… o leer.

Te echo de menos, creo que sigo enamorado de ti, creo que te sigo queriendo, lo diría tantas veces como estrellas había la última noche que estuvimos juntos en la playa. El día que nos vimos por vez definitiva nunca imaginé que esa sería la última vez que te podría dar un beso, ahora cada vez que lo pienso me derrumbo, hubiese dado mi vida por detener el tiempo en ese momento…

Pasaron los meses mientras luchaba por olvidarte, mientras convencía a mi corazón que no te quería, pero me ha resultado imposible, cada vez que recuerdo alguno de nuestros viajes, tu voz o tus caricias, mi corazón se encoje y me invade la nostalgia mientras mi mente se llena de tus imágenes. Sé que ahora estarás con alguien, que apenas podríamos comunicarnos o que simplemente ya nunca piensas en mi…

Recuerdo Paris, Arcos, Sevilla, Madrid, Holanda y un verano en el que se me olvidó que era un adulto que tendría que aprender a vivir sin ti.

Tus recuerdos no se me borran, siento que jamás volveré a ser yo mismo si no estoy a tu lado.

No soy religioso pero le pedí a todos los dioses posibles que el destino me regalara estar otra vez a tu lado, puede ser porque no creo en ellos, ahora siento más que nunca que es imposible que nos volvamos a ver en esta vida…

Así que tendré que tomar esta carga y llevarla conmigo hasta que perezca.

Pero no te desanimes ni me malinterpretes, soy feliz de haberte conocido, soy feliz por haberte podido disfrutar durante tantos meses, soy feliz porque sé que durante un periodo de tu vida yo fui parte importante y que todo lo que vivimos juntos se ha grabado en mi cerebro con cincel y martillo….

Recapitulando, soy feliz, aunque lo sería mucho más si hubiese seguido cerca de tuya disfrutando de tu compañía, además, debo de decirte algo que no pude en la despedida del aeropuerto, el cual fue nuestro final que nunca cerramos con las palabras adecuada:

-Ojalá que en alguna de mis vidas paralelas nuestro final hubiese sido diferente, pero en esta necesito decírtelo:

Adiós Gran Leona, siempre te tendré en mi corazón… ;)


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