Un olor íntimo tuyo.

Desperté con un olor íntimo tuyo de sábados a media luz en esta alcoba. Me desperecé despacio. Me dejé habitar por tu sonrisa que fue besándome quedito la piel, aún tibia. A galope, llegaron tus manos acariciando mi cuello. Suavecito y muy despacio, fueron deslizándose tus dedos con astucia y con esmero. Me desplacé por la casa atrapada en tus abrazos. A la ventana, me arrulló el vaivén de tu voz contándome los remolinos de placer acaramelado que sobreviven al viento, que se alzan en mis ojos de amor ardiendo por dentro, de amor intenso.

Virmared

Cuentos con Aroma de Mujer