Espejo Luna

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Enviado el , clasificado en Terror / miedo
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Siempre necesité de su arco iris para pintar mi vida de colores… pues el amor floreció por tan excelsos cuidados que me dio.

Miré mis ojos en aquel espejo después de llorar por un rato, dolía tanto el corazón… nada de lo que pudiera decir valdría para resarcir los daños que había ocasionado y menos para obtener el perdón.

Me sorprendí de esos ojos de aquel verde rallando en transparencia opaca, de aquella gutural profundidad, de aquel no reflejo, de la nada, así; como muertos en vida.

Hacía tanto que no los miraba… Un escalofrío recorrió por entero mi cuerpo anticipando, elucubrando, absorbiendo.

Lo dejé pasar… el dolor que causaba aquella pérdida no era para menos. Había pasado de la felicidad a desear morir en un instante, de ser mujer completa a una totalmente desgarrada en vida.

Era 31 de octubre, tal vez la fecha tenía que ver en todo esto.

Desde que di los primeros pasos al levantarme por la mañana comencé a sentir como si alguien más aparte de mí estuviera observando todo desde mis ojos, entré al baño donde aquel espejo redondo yacía en espera de reflejarme para arreglarme con prontitud, así lo hice y salí inmediatamente.

Al pasar cerca de aquel terreno baldío lleno de abrojos sentí como un frío raro cruzaba por mi cuerpo y una sonrisa sádica se posó en mis labios, fui recordando que tenía por la tarde noche una cita con uno de tantos que querían mis favores sexuales y con el que ya en un par de ocasiones había salido.

La sangre calentó mi vientre de repente, deseaba absorberle su alma, chuparlo hasta secarlo, verle morir en pleno acto sexual mientras yo me erigía reina y diosa, más sin embargo recordé que la última ocasión en la que estuve con él le habían protegido de mí. Pensé en hacerlo con ese otro con el que iba a comer aunque no llamara mi atención y más bien sintiera repulsión al tenerlo cerca, pero no; debía buscar quien, alguien digno de.

Esos pensamientos me asustaron, sentía como si alguien más y no yo hubiera deseado aquello, como si alguien se hubiera posesionado de mí; y mi cuerpo sólo fuera un títere sin voluntad.

Respiré profundo, tomé aire varias veces y ese pensamiento se olvidó.

Ya en el trabajo todo estuvo normal y las cosas habituales fueron llenando mi mente haciendo olvidar aquel incidente ocurrido más temprano.

No sé cómo se me ocurrió tomar algunas selfies pero, al mirar el resultado más tarde me asusté.

Vi en aquellas fotos la mirada de una mujer distinta a mí, una que no conocía.

O más bien dicho, la mirada de aquella que hacía mucho no veía.

Él… mi él…

No sé a ciencia cierta si fue el dolor de no tenerle conmigo lo que hizo a ella volver a mí; el dolor, la ausencia, la soledad… Comencé a sentirme vacía sin su calor, perdida sin su presencia, muerta sin él. Tanto… el mundo arco iris que había pintado a mano en mi corazón por un instante se tornó en escala de grises oscureciéndose cada vez más, tornándose en agujero negro abriendo portales a otras dimensiones cada vez más oscuras.

Ella… cada vez era más intensa su necesidad de sangre, mi ser débil apenas resistía los embates de odio y muerte que invadían mi ser.

Me miré nuevamente en aquel espejo… deseando asegurarme que nada ocurría. Y ese espejo consagrado en luna llena volvió a reflejarla, más intensa, más fiera, más sanguinaria que esas otras veces que le había visto hace tanto. Salí corriendo de ahí deseando que en la carrera el aire se la llevara y me dejara en paz.

Al final no pude contenerle, aquella piedra luna que pendía de mi cuello era toda mi protección, el tetragramatón programado para cuidarme lo había dejado olvidado en la mesita de noche cuando por error me lo quité. La piedra no podría contener tanta maldad por más tiempo, podía partirse en cualquier momento… desde hacía rato estaba más que caliente, opacando sus colores, muriendo junto conmigo.

Y resurgió en el momento menos esperado… sólo alcanzo a recordar vagamente el olor de la sangre, los cadáveres esparcidos por todo el lugar, los ojos vidriosos mirando con terror hacia mí, mis manos agarrotadas de tanto asesinar, muriendo lento por aquellas balas que no alcanzaron el corazón.

Una lágrima alcanzó a resbalar por mi mejilla y con mis labios musité su nombre… Siempre, siempre necesité de su arco iris para pintar mi vida de colores.

Malu Ramírez  ?


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