POROSIDAD

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Enviado el , clasificado en Ciencia ficción
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Algún día – según lo que creemos que sabemos – aquel disco naranja que ahora nos empieza a causar problemas, crecerá mucho, al punto de evaporar los mares.

Ahí se revelarán, ya no a flote, sino a ras de piso, los esqueletos astillados de aquellos seres gigantes que hoy todavía pueblan las profundidades de aguas negras y desechos industriales. Sobre la explanada accidentada y llena de salitre quedará desparramada la enormidad porosa de sus huesos, desperdigados sus dientes descomunales, fracturados, victimarios ellos de naufragios desafortunados y pesadilla de extintas civilizaciones.

Por aquí y por allá asomarán las ruinas de los continentes hundidos; brillarán sus baldosas, contenedoras de pasos ausentes, y que tanto tiempo permanecieron sumergidas.

Y el polvo rodará de un lado a otro, arrastrándose, en su condición de prisionero eterno, poblador primario y también último de lo que ahora somos. Ingrediente de nuestro nacimiento, testigo de la decadencia. Se colará por los resquicios de todo aquello que quede en esos días… Y lo tragará, con su paciencia antiquísima.

Algunas plagas seguirán por ahí, escondidas en las cavernas, fieles a su calaña de supervivientes imposibles.

Ya no habrá lamento, ni guerra. Todo reposará y se habrá reconciliado dentro de la capacidad magnífica y sanadora que tiene el olvido. No se escuchará la metralla, ni el llanto, anulado todo sufrimiento.

Acaso la ausencia de ruido se romperá, de cuando en cuando, con el crujido de una rama impertinente que se rompe en la lejanía, o por el bramido de un rascacielos fundiéndose y cociéndose bajo la brasa viva.

El único habitante sobre la superficie será el murmullo del ardiente viento que, para entonces, habrá pasado a ser la nueva forma del silencio.

Así puede que sea, pero no porque lo sepa de cierto, es porque así lo siento…

Siempre me pregunté: ¿cómo encajaría nuestro concepto de futurismo dentro del futuro? Y comprendí que todo era una blasfemia contra el dios del tiempo.

No escribo por loco, o por solo. Escribo porque pretendo ser eco, resonancia de lo que ahora veo.

Escribo para sentir que vivo, para sentir que el delirio de mi época no es realidad convulsa, sino enseñanza callada…

<<Reproducción del grabado sobre piedra que fue descubierto en la antigua tierra por el rover Euphoria, cerca del cráter humeante, en lo que fue el centro de México.

Texto de año incierto. Autor desconocido>>.


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