Dulce Mi Amiga:

¿Qué crees?,  Ahora de grande me ha sucedido algo que no había considerado nunca como pensamiento del subconsciente. Buscaba una manera de sobrellevar la tristeza, ¿Cómo? algo en mi cabeza me decía escóndete debajo de la mesa y recordé que cuando niño me escondía debajo de la mesa grande del comedor, que tenia un mantel que llegaba al nivel de las sillas, allí me sentía protegido, salía, me escapaba de la realidad, como aquellos nuestros ancestros, que se hacían bolita dentro de la maleza para no ser vistos por el peligro que los acechara en ese momento.
La muerte nos pasa cerca con paso sigiloso y amenazador, en cuando nos hace repensar todos nuestros planes, hacer una pausa en muestro andar para preguntarnos ¿Por qué? ¿Quién sigue? ¿Por qué no nos da señales?  Como la vela que vemos que se está acabando. Dulce era y será un persona muy llena de vida, con planes a futuro, con una sonrisa muy bonita adornada con 2 pocitos en las mejillas, unos ojos negros muy alegres y con una voz que le gustaba modular para hacerse más expresivas al hablar.
Ella al ser una maestra que enseñaba, iba acompañado de esperanza, con el convencimiento que si aprendían el inglés, les iría mejor a sus alumnos, pero que contradictoria es la vida, lo que ella quería que aprendieran para mejorar sus vidas y ampliar los horizontes, a ella se le cerró.
A veces sentimos que nuestra vida esta vacía y vienen este tipo de cosas para sacudirnos y nos muestra lo mucho que tenemos, pero no lo estamos valorando.
¿Porque tengo que escribir esto? ¿Quién me lo dicta? Quizás es mi corazón que está muy adolorido con tu partida y quiere aligerar un poco el dolor que siente. Siempre te voy a extrañar, como te lo puse esa última vez y siempre te voy a querer, como eso último que te escribí…
Quisiera meterme debajo de la mesa, como antaño, para protegerme de este dolor que siento y sentir que allí abajo no va a pasar nada. En un descuido, allí debajo te encuentro.