UNA PRÁCTICA DE RESISTENCIA

Por
Enviado el , clasificado en Fantasía
1149 visitas

Marcar como relato favorito

Cerca de la caverna Lidwm el ambiente parecía más interesante, ahí fui atendida por Gupab, un amigo de mi mamá, por no decir mi padrastro. Durante el periplo tenía puesta ropa ligera, sin embargo, una vez que estuve en el lugar de llegada quería estar más cómoda. El soslayo fingido de los penetrantes ojos de Gupab me decían que quería tocarme, cosa que ya había sucedido antes. Esta vez estábamos a una buena distancia de la ciudad más próxima, las casas vecinas tenían un trecho considerable entre sí, la vaina es que así, casi desnuda iba a entrar con él a la caverna. En ese momento yo tenía como mis 16 años, las ganas de Gupab por cogerme eran todo un alago, a cada rato me tocaba accidentalmente el culo mientras yo me hacía la pendeja, pasamos un día bastante afectivo, nos divertimos mucho.

Cuando regresamos su güevo estaba abrupto, a punto de romper el pantalón para emerger con toda su volcánica propulsión, por mi parte yo tenía una combinación de miedo y apetencia. Intenté disimular lo más que pude, solo que cada vez que me ponía la mano en el muslo había una intensa vibración en mi pepita, lo que me hacía soltar un acezo, le decía, "si así es la mano cómo será el brazo". Me contestó que me lo tomara con calma que sí me iba dar güevo en la ensalada. La cara se me puso pálida cuando me tocó con los dedos los pezones engrifados que apuntaban hacia adelante, al tiempo que me decía, "esas tetas necesitan una chupada". Cuando me dijo eso me imaginé la lava de su verga en mis pequeñas tetas cónicas el día no podía terminar sin una buena cogida

— Rofet, carajita… tu pepita es tan suave, tan bella… es lindo cogerte, aaahhhjjj, aaahhhjjj, qué bella eres carajita, qué bello es ese coño caliente… aaassshhh, aaassshhh carajita…
— Aaaiiissshhh, Gupab… tu güevo me destroza la pepita… ¡¡¡aaaiiissshhh nojoda…!!! ese pipe está muy arrecho… métemelo con cuidado que me…
— No te pongas pendeja carajita que te voy a singar como lo que eres… ssshhhiiijjj, ssshhhiiijjj, aguanta que mi güevo te va dar… ssshhhiiijjj carajita…
— Por favor cógeme bien que tu pinga es demasiado gruesa para mi… aaaiiissshhh gran carajo, más despacio que me… ¡¡¡aaayyy coño…!!! me duele el coño, no me rompas la pepita…
— Abre las piernas carajita, aaassshhhiiijjj, aaassshhhiiijjj, tengo que cogerte duro porque para eso astás aquí, qué bien suplicas carajita… me gusta esto, vamos sigue llorando como una… aaassshhh, aaassshhh…
— Eres un cabrón… aaaiiissshhh gran marica, dame despacio que me duele… ¡¡¡aaayyy coño…!!!

El carajo me estaba dando pinga con arrechera, me decía que yo tenía que aguantar que me jodiera con el güevo porque yo había ido para ser su perra. Yo sí quería que me singara duro, pero no sabía que iba a ser tan fuerte, hasta me dieron ganas de quitármelo de encima. Cuando me oía decir que ya estaba bien que siguiéramos en otro momento me daba más duro el gran cabrón, además de meterme la verga en la pepita también me metió dedo en el culo. Estaba quedando sin fuerza, él me cogía como que yo fuera un objeto inerte, ya no era tan divertida para mí la forma como me metía el güevo y las cosas que me decía. Cada vez que me llamaba perra se producía un sacudimiento en mi pubis y la pepita se me ponía pegostosa por dentro.

— Ya déjame… ya por favor gran marica… me estás matando con tu güevo, aaaiiissshhh yyyaaahhh, dejame yyyaaahhh nojoda…
— Eso me gusta cuando lloras como una aprendiz de putac esa pepita está falta de güevo, eres bella cuando pides que te deje carajita… así me gusta, aaasshhhiiijjj, aaassshhiiijjj mi perra linda…
— Es que ya me singaste gran cabrón… ya me jodiste con tu pinga, yyyaaahhh sácame ese pipe del coño, yyyaaahhh por favor, aaaiiissshhh me duele el coño… ¡¡¡aaaiiissshhh gran marica, tan duro nnnooohhh…!!!
— Así me gusta que grites carajita, entre más te resistes más bella te ves… eso carajita, eeesssooohhh carajita… eres la perra más linda que he conocido nojoda…
— Me coges con arrechera, quieres matarme con tu verga… ten cuidado que me duele… aaayyy gran carajo dame despacio… aaaiiissshhh mi pepita…
— Estás más linda ahora carajita… aaassshhhiiijjj es como singa una carajita educada…

Me sacó el güevo dejándome la pepita lustrosa con su espesa leche, aparte de que me echó leche también en las tetas. Ese pipe quedó al aire por un rato, después que ya habíamos tomado algo de aire el güevo empezaba a contraerse, yo le dije con mucha energía, "¡Qué no se te caiga el pipe, Gupab!, tengo que verlo parado". Me dijo que cuando me estaba cogiendo yo le pedía a gritos y llorando que más no, que por qué ahora quería vérselo parado. Le dije, "porque me dijiste que soy tu perra y tu puta, por tanto eres mi cabrón, gran pendejo". Todavía teníamos que pasar otro día en la caverna Lidwm, esta vez fui con ropa más atrevida que la vez anterior y él no llevaba calzoncillos. Más que una visita de interés científico o turístico, tenía que pasar algo ilegal.

Un oficial del gobierno estaba por ahí con su esposa, a ella le dio curiosidad por ver qué había dentro de la caverna. De inmediato llamo a su esposo para que nos viera, Estábamos desnudos, yo lamiendo el güevo de Gupab en un lugar donde eso no está permitido. Tuvimos que salir de la caverna así desnudos y explicarle al oficial que en la escuela me pidieron una redacción sobre las costumbres de los antepasados, pero eso no valía porque yo era una carajita menor de edad. La vaina fue que Gupab llamó a mi mamá para que se presentara antes de que a Gupab lo llevaran a una estación de policía y a mí, a un retén de menores. Cuando mamá llegó todavía Gupab y yo estábamos desnudos, y todavía él tenía su pipe bien parado, a mamá le causó risa aquella escena.

La vaina es que mientras mamá le aclaraba al oficial que Gupab era su amigo personal y ella era directora de excursiones juveniles, yo volví a lamerle la verga a Gupab. Por su parte la esposa del carajo nos veía sin poder hacer más nada, hasta suspiró cuando él me pasó la mano por el culo. Ya de eso hace algunos años, todavía cuando paso por ahí me acuerdo de aquel día cuando un amante de mi mamá me dio la cogida más fantástica de toda mi vida. Por supuesto también cuando me iba a recluir en un retén por hacer algo indebido siendo una carajita, que a la final siempre lo hice. Por cierto, tengo una hija que me ha dicho para ir a pasar unos días en Lidwm, yo le digo que tiene que ser muy cautelosa; ya no es lo mismo.

Incluso hasta me da algo en la pepita cuando pienso que a mi hija alguien se la coja como ese carajo me cogió a mí. En especial el momento cuando yo le ordené que debía tener el pipe parado para mí.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed