El viaje no es camino, el viaje no es el carro o autobús en el que nos trasladamos, el viaje tampoco son las maletas que vamos acumulando, el viaje es la vida que estamos recorriendo. Algunos van en el viaje quejándose de todo, no disfrutan los paisajes, no gozan la charla que pueden tener con los compañeros de travesía, no se emocionan con las rarezas que se van presentando, solamente están esperando llegar a un punto del recorrido donde tenían planeado llegar, pero cuando llegan tampoco lo disfrutan, empiezan a ver lo malo y a quejarse. Cuando en mi viaje me topo con personas así enfadadas, trato de encontrar frases para que cambien su manera de ver el recorrido, como el agricultor lanza semillas tratando de que germinen, pero me doy cuenta lo difícil que es hacer cambiar de parecer a alguien y mis semillas como que caen en tierra infértil, esa insatisfacción no debe detenernos.
Cuando suceden contratiempos al viajar, cada uno nos hace mejores, porque ponemos en práctica nuestra creatividad y eso nos llena de orgullo, llevarla a cabo, aquello que se nos ocurrió con los pocos recursos con los que contábamos, eso es parte del viaje, quiero compartir lo que siento en este momento de mi viaje, en que me doy cuenta que cada quien va tomando diferentes direcciones pero siempre con la esperanza de que en algunos puntos del futuro estaremos coincidiendo para convivir y disfrutar las amistades. En mi viaje me ha tocado convivir con muchas personas buenas y estoy muy contento de que Dios los haya puesto en mi recorrido, para enriquecerlo y para a mi hacerme sentir que este paseo ha valido la pena, en fin, he gozado y espero seguir deleitándome con sus compañías. No hay que detenernos, hay que seguir pedaleándole a la vida para no caernos como cuando andamos en bicicleta. Saludos.
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