NOSTÁLGICA ALEGRÍA

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Sabía que a Fulys le temblaba la mano, se ponía frío cada vez que estaba cerca de mí, por esto era necesario que estuviera unas horas en el patio donde la luz solar le devolvía el talante. También había un brisa lo suficientemente buena como para cepillarle la cara, los que estaba más cerca de él me decían que tuviera cuidado porque se le bajaba la tensión si yo estaba al lado de él. En varias ocasiones con la mano temblorosa, con sudor, a riesgo de quedar paralizado en una bajada de tensión me había tocado el culo. A mí me ponía eufórica saber que anhelaba con toda su vehemencia tocarme también la pepita y que no pudiera porque ritmo cardíaco y tensión arterial podrían darle la estocada final. Para más vaina tengo que estar en esa casa en horario diurno y también nocturno.

Apartando el asunto de su salud, el carajito era normal, yo de mi parte trataba de serlo, no puedía evitar vestirme de forma que se me detallara lo que más quiero mostrar. A Fulys no lo afectaba tocarme las tetas sino el culo, por un tiempo no se atrevió a tocarme el coño, pero me lo veía con reales ganas. Yo empeñada en sentarme junto a él con las piernas al descubierto o frente a él con las piernas separadas y sin braga. Una vez más que otra me decía que juntara las rodillas, yo le contestaba que más bien él tenía que sacarse el pipe. Una noche me dijo, "sabes que no quiero tener que ir a un hospital por complacer tus caprichos". Le contesté, "deja el miedo pendejo que eso no va a pasar", unos cinco días después hicimos una buena cogida.

— Aaassshhhiiijjj carajito… méteme ese güevo bello que tienes, métemelo mmmaaassshhh, mmmaaassshhh… eeesssooohhhjjj, eeesssooohhhjjj… qué lindo singas Fulys, qué bueno tienes el güevo…
— Honeb tienes un buena pepita… aaaiiissshhh nojoda, me da frío de meterte la verga carajita… ¡¡¡nojoda carajita…!!!
— Cógeme duro, jódeme carajito… ssshhhiiijjj, ssshhhiiijjj carajito lindo… aaajjjooohhh, dame mmmaaassshhh duro… jódeme bien la pepita… jódeme, ¡¡¡aaayyy nojoda, la pepita…!!!
— Sabes que no puedo ir más rápido porque… aaahhhjjj, aaaiiissshhh… me está dando el frío… eres bella pero me estás… aaayyy, yyyiiiaaahhhhjjj…
— No seas tan pendejo que no te va a pasar nada… dame verga… dame verga nojoda… cógme bien cogida… aaassshhhiiijjj, eeesssooohhhjjj carajito…
— Honeb, no soy ningún pendejo… es que me gustas pero estoy lento, aaaiiissshhh, esa pepita tuya es tan buena… pero creo que… nojoda ya no puedo, yyyiiaahhhjjj…
— Sigue dándome mmmaaasshhh, mmmaaassshhh carajito… singas tan lindo, aaasshhhiiijjj… dame pipe, eeessooohhhjjj, eeesssooohhhjjj…

Alguien supo que Fulys y yo estábamos cogiendo, verdad que estaba bien frío, tenía lentos los latidos, se notaba somnoliento pero su mano estaba en mi cuca. Lo metieron en un coche en el que fue llevado al hospital, una vez ingresado lo próximo era ponerle flácido el güevo que todavía para ese momento lo tenía bien parado. En medio del agite que implicaba pasearlo por los corredores en una camilla, le tocó el culo a varias enfermeras, algunas de las cuales también le dieron su respectivo beso en el pipe. Yo pensé que iba a ser breve su estadía en el hospital, pero estuvo más de una semana recluido. Lo visité todas las tardes, en dos de esas hasta me quedé a pasar la noche con él acostada a su lado. Cuando le dieron de alta todavía estaba muy débil, debía cuidarse más.

Una mañana el carajito estaba en el patio recibiendo su ración de luz y calor de sol y de brisa. Le entregué el desayuno y me di la vuelta para dejarlo solo, me dijo que me quedara un momento solamente. La casa estaba sola, a excepción de Fulys y yo, me pidió que le dijera algo sobre los informes y los proyectos en los que me había anotado. En cuanto me fue posible le dije algunos detalles, en especial el proyecto sobre la cama al aire libre, para esa parte me dijo que me quitara la bata que tenía puesta. Otra vez desnuda junto a él jugándome la de otra posible hospitalización sin estar bien recuperado todavía. Ahí estaba yo pegada a él notando cómo le temblaban las manos, halagada de que esas manos temblorosas y sudadas me tocaran el culo y los muslos.

Llegó el señor Gapod a decirme que fuera con él al área de la exposición, Fulys haciendo un esfuerzo se levantó, se colocó frente al señor Gapod y le dijo con mucha firmeza de voz, "no sea pajúo, usted de aquí no se lleva Honeb, ella está conmigo". Por primera vez en toda mi vida presenciaba un escena de celos por mí, un carajito medio inválido peleándose con mi jefe por tenerme a su lado. Yo seguí sentada, miré a mi jefe con lo que él entendió que tan pronto como me desocupara iría a verlo, después que se quitó de ahí y nos dejó solos, el carajito me dio unos cuantos besos en las tetas y me metió dedo en la cuca. Aparte de celoso seguía igual de nervioso, estaba arriesgando su vida, pero la vaina es que teníamos que hacer otra cogida.

— Honeb dime que tu pepita es mía… abre bien esas piernas carajita bella… aaassshhhiiijjj, aaassshhhiiijjj… me gusta mucho la forma como singas, eres bella, eres tan… aaayyy qué bien lo haces… ssshhhiiijjj nojoda carajita…
— Fulys me estás cogiendo en una forma muy rara… me gusta tu pipe pero tines que… ¡¡¡aaayyy carajito yyyaaahhhhjjjj…!!! cógeme bien que soy una carajita no una…
— Eeesssohhhjjj, eeesssooohhhjjj es lo que eres, una pepita para mi güevo… eres mía carajita, eres mi coño para yo singarte… aquí te vas a quedar, ssshhhiiijjj, ssshhhiiijjj, dame mmmaaassshhh pepita, mmmaaassshhh cuca… ¡¡¡mmmaaassshhh carajita mía, mmmaaassshhh nojoda…!!!
— Tienes que calmarte, cógeme bien, no como un… aaayyy carajito, tu verga está demasiado caliente, muy acelerada… un momento por favor…
— Estoy que no quiero oir sino que eres mía carajita… tienes la mejor pepita del mundo… aaassshhh, aaassshhh, aaajjjooohhh carajita…
— Aaaiiisshhh nojoda, yyyaaahhhjjj carajito, ¡¡¡yyyaaahhhjjj…!!!

Aparte de que estaba celoso porque el señor Gapod nos había interrumpido, ahora quería que yo estuviera únicamente con él, que cancelara cualquier otra cosa, mi pepita tenía que ser solamente de él, mi tiempo, toda yo para él solito. El tratamiento médico había tenido resultados muy pausados, temíamos que de un momento a otro… A mí se me hacía difícil entregarme toda para él, si llegaba su último minuto yo me sentiría acorralada en una depresión de la que tal vez no saldría muy fácil. Hice lo que se me pidió, desde ese momento estuve con él sin separarme, dormimos juntos, nos bañamos juntos, fuimos juntos a varios lugares, él era mi alegría y yo la de él. Cada vez que podíamos nos dábamos una cogida bien linda. Un día me tocó quedarme con él otra vez en el hospital, acariciando su verga.

Un par de años más tarde ya había encontrado otras cosas que hacer. A veces le mando a mi marido un mensaje de texto, "mi pepita es solamente tuya", él se ríe porque sabe de qué se trata.


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